jueves, 15 de junio de 2023

EL LLANTO DE LAS " GATAS " POR LAS ALUBIAS








Una señora " gata " me ha enviado un correo, tras ver el llanto de las serranas por las cerezas, para decirme que su abuela y su madre " lloraban por los frejones y, sobre todo, por las alubias ".

" Algún año sembramos alubias en los linares que se regaban con el agua de las pozas que había en el río Chico, pero no llovía y el río bajaba seco. Ese año decía mi madre que no cogíamos ni la simiente ".


Señora " gata " yo recuerdo a mi abuela Fausta " renegando " - mi abuela no lloraba porque era muy  dura pues se quedó viuda con siete hijos - porque el agua de Valcabrero de Arriba no daba para regar todos los canteros de alubias que ella había " puesto ".

Le recuerdo que en Cereceda las alubias y los chochos se  " ponían ", no se tiraban ni se enterraban, se ponían con la azada chica y se " rezaba " para tener una buena cosecha.

Las alubias eran un ingreso económico especial en la economía de las familias de Cereceda.

Mi abuela - y años más tarde mi tía Floripe - consideraban que las alubias eran de la mujer de la casa. El dinero de las alubias era para " cosas de la casa ".

Ya he contado que la única forma de renovar los " cacharros de la cocina " era mediante el método del " lleno por lleno " y que yo fuí a llevarle al tendero de la plaza algún puchero de alubias a cambio de sábanas o de toallas.





Si la cosecha era escasa, las " gatas " decían: " este año sólo cogemos pal gasto. Tendremos que comprar pa sembrar ".

Que una " gata " tuviera que comprar chochos o alubias para sembrar en el huerto de casa o en algún linar, era una gran " desgracia ".

Los " gatos " eran dueños del trigo o de la cebada, pero las alubias eran propiedad de las " gatas ".


Foto  Google.com

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