¿ UN SOMBRERO O UNA GORRA ?

A D. Gumersindo nunca le gustó llevar " cayá ".

- Eso es cosa de los ganaderos y yo, por desgracia, nací en la capital y nunca he tenido ni cabras ni ovejas ni vacas, Una pena, porque yo entendía de ganado y, hasta hice algunos tratos en la Feria de Torresmendas. Una vez, compré una vaca en mil reales a un labrador muy rico de La Torrentera, pero no quiso que le diera " señal ", y a la tarde no aparecí por el ferial. ¡ Para qué quería yo una vaca !. Respóndame usted.

Yo no le respondí porque casi no le escuché la orden que me había dado entre la risotada que me soltó.

D. Gumersindo, se llamaba Gumersindo de Arriba y de la Iglesia, me dijo la dueña del restaurante en el que me detuve a comer cuando pregunté por D. Gumersindo.

- D. Gumersindo explicaba que se apellidaba " de Arriba " porque él había nacido en el barrio de Arriba del pueblo. Según él, en ese barrio vivían los pobres y en el barrio de Abajo vivían los ricos, porque estaba junto al río.

El apellido de la Iglesia que él heredó de su padre, y su padre lo heredó de su abuelo, era porque a su abuelo lo encontró el cura a la puerta de una iglesia de la capital en una mañana de invierno, medio arrecido de frío, y con un papel en el que ponía solamente Gumersindo, me cuenta la dueña y camarera entre un plato y otro.

- Perdone, señora, ¿ puedo hacerle dos  preguntas ?

- Empiece por la primera.

- ¿ A qué se dedicaba D. Gumersindo ?

- Fué muchos años el secretario del Marqués de la Linda Rosa.

- La segunda es más sencilla: D. Gumersindo, ¿ usaba gorra o sombrero ?

La dueña del restaurante me dejó la cuenta y nunca apareció a darme la respuesta.

A D. Gumersindo lo vi, sentado en una silla chica de bayón a la solana de la Plaza con un palo en la mano derecha, cuando pasé con mi coche, camino de Torrequijada.

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