jueves, 1 de junio de 2023

 LA MOSCA Y LA ABEJA







Odio las moscas desde que era niño y cuidaba las vacas en el río Yeltes.

Al llegar el verano me pasaba la vida - por la mañana desde el amanecer hasta las once y por la tarde desde las seis hasta el anochecer - en la Ladera y en el río Yeltes, que ya se había " bebido " al río Cerezo.

Las moscas aparecían y les " mordían " a las vacas en las orejas y las obligaban a emprender una " alocada " carrera hacia el corral.

Desde mi época de niño odio las moscas.

Las abejas siempre han sido mis amigas porque nunca se han enfadado conmigo y me han picado.

En Cereceda las colmenas estaban " escondidas " de mi vista y las que, años más tarde, he encontrado en mis paseos veraniegos, solamente me servían de entretenimiento y de descanso en mis caminatas mañaneras.

Esta mañana un apicultor me ha dicho que en un panal solamente vive una reina, cosa que yo ya sabía, pero desconocía que " mi esposa pinta un círculo en el lomo de la abeja reina con el pintauñas " .

- Así la conocemos y la vigilamos porque es necesario que en la colmena haya una abeja reina, y alguna vez la ha matado un abejorro o se ha perdido al volar fuera de la colmena. Por eso, mi mujer le pinta un círculo de color. Cada año utiliza un color. Según el color sabemos la edad de la reina, me ha informado.

La frase " no corrijas al necio porque te verá como enemigo ", en Cereceda se decía " nunca corrijas al tonto porque te verá como el su enemigo ".

- Yo era amigo de Luisín pero un día le reñí porque llevaba los mocos colgando y desde ese día dejamos de ser amigos, me dijo Nico el día que le pregunté por su amigo Luisín.

- " Las moscas y las abejas no se parecen en ná ni siquiera en las alas ", me dijo el tío Eugenio una mañana que me vió correr detrás de las vacas por la carretera del Chapatal.


Foto  pinterest.esb

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