martes, 6 de junio de 2023

 La Peña Jituero  ( continuación )



No he escrito una historia cualquiera. 

He subido a la Peña Jituero cincuenta años después  y he respirado el aire serrano en primavera, un día de nubes y sol y viento que traía olores del campo en efervescencia. He subido por un monte bajo de robles jóvenes hasta alcanzar la pista que no quise recorrer porque me parecía demasiado larga.

Caminaba con recuerdos de niñez y de infancia en Cereceda. Y esta historia tiene mucho que ver y mucho más que contar.

Como en estos tiempos de récords  guiness hay que ser el primero en algo, puedo contaros que he subido hasta el altar de los sacrificios de la Peña Jituero con camisa y corbata. Los tiempor de las albarcas, las alpargatas con piso de goma, los zapatos antiguos o las botas chirucas quedaron atrás.

Con la mecanización se han preparado caminos  y las personas nos hemos venido a las ciudades, al mundo exterior a Cereceda porque nuestros trabajos nos lo han facilitado y dejamos los lugares y las historias del pueblo y sus recuerdos para el entretenimiento de una revista y un blog que serán testimonio para nuestros hijos y nietos. Muchas gracias, Nachito.

Mi memoria no me deja ya ver al bisabuelo Pedro y no supe nunca si ellos subieron a la Peña Jituero, ni tampoco si lo hizo el abuelo Ángel, pero los puedo imaginar allí sin ninguna duda. 

Sí recuerdo una excursión con mi padre al que también dedico el pequeño esfuerzo de subir en este mes de mayo. 

Quede con todos ellos mi profundo agradecimiento pues sin sus genes ni sería yo ni estaría aquí.

Y os invito a realizar una excursión por esos lugares que resisten al tiempo y a la civilización con la recompensa segura de buen oxígeno y ejercicio suave,  que no hay nada mejor para nuestros maltrechos cuerpos urbanitas. 

Y espero que pronto aparezcan en las rutas de senderismo auspiciadas por la Diputación de Salamanca.


Fotos Manuel Marcos Robles, GATO   2021.

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