" LO IMPORTANTE ES JUGAR BIEN LAS CARTAS QUE SE TIENEN "

Me lo enseñaron los jugadores de la brisca alrededor de la camilla grande - en la brisca los jugadores son seis - en la sala de la taberna de mis padres.

Cada domingo su vida se componía de la misa mayor, la comida rápida y la partida de brisca, hasta bien entrada la tarde, en la taberna.

Si alguno de los jugadores fallaba al inicio de la partida, yo ocupaba su silla.

Aprendí los nombres de las cartas de la baraja antes que las letras y sabía sumar los tantos que llevábamos muchos años antes de que don Lamberto me enseñara matemáticas.

Recuerdo que algunos jugadores - el tío Fael, el tío Pepe, el señor Heliodoro, el tío Fonso el herrero y los viejos del Altozano - siempre se quejaban de " lo mal que has jugao " cuando algún compañero se equivocaba "- pero nunca se quejaban de las cartas.

- Las cartas son las que son , lo que hay que saber es jugarlas bien, decían.

- " Con cartas malas no se puede ganar " , decía mi abuelo Matías, buen jugador de calva pero muy mal jugador de cartas, que en sus últimos años se entretenía jugando a las cartas conmigo en una taberna ya cerrada al público.

- " En la sementera hay que arar con los bueyes que tenemos "  y " en la brisca hay que jugar con las cartas que nos vienen ", decían los agricultores, convertidos en jugadores de naipes los domingos por la tarde.

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