martes, 29 de septiembre de 2015

Ayer estuve en Cereceda y fuí a las escuelas. Frente a la puerta de la entrada al campo escolar y empotrada en la pared había una placa.
                              Centro cultural
                   Maestro Don Lamberto López Elías

Pensé: Le diré al Sr. Alcalde que la pagaremos quienes fuimos sus alumnos.
La puerta de la escuela de las niñas estaba abierta. Entré. No había tabiques. ¡Si habían quitado la pared que separaba las dos clases!
En las paredes cuadros de pintores y pintoras locales, trabajos en madera, bordados. Al fondo, a la izquierda, el bar.
Había mucha gente. Setenta.Ochenta personas. En el escenario, que había a la izquierda, micrófono en mano, Juan decía: "Vamos a leer poemas de un poeta salmantino".
En ese momento, Rex, mi pastor alemán, ladró. Su ladrido me despertó.
Yo estaba a ochocientos kilómetros de Cereceda.


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