CON LOS PANES PRESTADOS

En los años 50 y 60 era muy frecuente encontrarse a algún " gato " o a alguna " gata " con tres panes en la mano por cualquiera de las calles de Cereceda.

Mi madre tenía un horno muy grande. Hacía 15 panes sin demasiada colocación, Se podían meter 20 panes de los que hacía mi madre si con la pala se los iba colocando en orden : primero los del fondo, luego los del centro y por fin los que se colocaban " junto a la boca del horno ".

A partir del mes de Junio había poco tiempo para masar porque los trabajos en el campo eran abundantes. 

Iniciado el mes de Junio, día más o día menos, en mi casa era difícil " masar ". Mi padre se había ido a la siega a Aldeatejada y los brazos de mi madre y los míos carecían de fuerza para darle al torno.

Entonces mi madre -días antes de marcharse mi padre - hacía una masadura " de las suyas " y a esperar que durara en el arcón de la despensa hasta que mi padre volviera.

Si el pan se acababa antes, la solución era muy sencilla : ir a buscar tres panes prestados a casa de mi abuela Fausta, que tenía un horno pequeño y siempre había en casa brazos para " darle al torno ".

- Abuela, que dice mi madre que me dé un pan prestado.

Mi abuela, que era " más lista que el hambre ", me daba un pan y me decía " lleva tú la cuenta de los que le presto a tu madre, que a mí me se  olvida ".

Cuando mi padre volvía de la siega, mi madre ya debía media masadura, pero mi padre tenía buenos brazos para darle al torno, y si hacíamos una masadura cada semana en julio y en agosto, había tortas con miel que recompensaban mi paseo " por en medio de la plaza " con un pan en el capacho.

Foto  pinterest.es  Una mujer de pueblo con tres panes prestados.

 ASÍ MIRO A LA PEÑA

La Peña para las " gatas " es la Peña de Francia.

Desde todo el término municipal se divisa a lo lejos en el horizonte el gato de la Peña de Francia. 

 Los edificios - el convento, la iglesia y la hospedería - vistos desde Cereceda semejan un gato dormido a la lancha de la lumbre.

- Cuando vuelvo de caminar hasta la Puente San Martín me siento en la Poza y, apoyada en el bastón, me entretengo un rato mirando a la Peña. Ahora la Peña está más lejos que antes. Yo antes cerraba los ojos y, cuando los abría, me veía en lo alto del risco de la Peña. Ahora mis ojos están tan cansados como mis piernas. Pero apoyada la cabeza en la mano derecha y la mano en el bastón todavía puedo ver la Peña.

Rosaura nació en este pueblo, aquí se crió, en la escuela aprendió " las cuatro reglas " que se decía entonces, y, con ese bagaje en la maleta, se marchó a Francia. París la recibió con 21 años y " mucho miedo a vivir en un país desconocido y con un idioma que yo no conocía, pero me esperaba mi prima Eloísa que se marchó de niña con sus padres ".

A Rosaura no le gustan las joyas, " yo nunca llevo pendientes ni anillos ni reloj. Yo me guío por el sol en verano, en primavera, en el tardío, y los pocos días que salgo de paseo en el invierno. 

Hoy Rosaura ha vuelto temprano del paseo.

Unos días vuelve enseguida porque a la Puente San Martín se llega " en un pis pas ", y otras tardes se entretiene con alguien y vuelve de prisa antes de que caiga la noche.

Ahora, tras decir " hasta mañana " a la Virgen de la Peña, bajará despacito  hasta su casa donde le esperan Ronnie, la gata que se trajo de París, y Montmartre, el canario que le regaló una amiga de Grenoble la tarde que se subió al tren para regresar a España.

Y, ¿ mañana ?.

 Mañana con el bastón en la mano volverá hasta la Puente San Martín, y, si le da tiempo, mirará un rato a la Peña. A la Peña de Francia.

Foto  pinterest.es

 PONER A BUEN RECAUDO

Significa guardar en lugar escondido algo de gran valor.

Aunque la frase suele referirse a monedas o tesoros muy valiosos, en mi niñez se refería - en la vida del pueblo - a otras muchas cosas.

- Esa hoz que has traído de Tamames parece buena. Procura ponerla a buen recaudo, no vaya a ser que venga alguna vecina a buscar una hoz para cortar las zarzas de algún huerto y mi madre se la dé sin mirar.

- Esa chiva de la cabra mocha - que carece de cuernos - es mu espabilá: se come la cebá de las otras de los canalones donde le has puesto la comida y sabe " hozar " como los marranos por debajo de las berzas pa buscar los granos. Hay que ponerla a buen recaudo y apartarla de la madre pa que se vaya acostumbrando a comer sin necesitar la leche de la madre.

- Hoy me ha prestao Roberto un destral que se compró en la capital cuando fué a una boda. Yo le he dicho que lo ponga a buen recaudo y no se lo preste a cualquier vecino porque se lo derrotarán.

- Jorge, uno de los guardias del destacamento de El Cabaco, me ha preparado un pizarrín tan redondo que parece comprado. Mi madre me ha dicho que lo ponga a buen recaudo dejándolo en casa porque si lo llevo a la escuela, pronto habrá desaparecido.

- Mi padre le ha dicho, entre bromas y veras, a su comadre Avelina, que ponga a buen recaudo a su hija porque pronto empezarán a llegarle novios de todos los pueblos de los alrededores.

- Mi abuela siempre dice que " la bolsa de los dineros hay que ponerla a buen recaudo en el fondo del baúl y no tocarla ni pa contar las monedas ".

Foto  es.123rf.com

 SAN JUDAS Y SAN SIMÓN PASADOS, EL INVIERNO ES LLEGADO

       

La fiesta de San Judas y San Simón se celebra el 28 de Octubre, y este refrán hace honor a ambos Santos con el recuerdo de la llegada del invierno.

En muchas zonas de Castilla el invierno ya ha llegado y la calefacción o la estufa o la lumbre, donde queden cocinas de transantier y chimeneas y leña en el corral, hace días que humean.

En Cereceda aparecía el invierno muy pronto, de manera que la llegada de la Fiesta de Todos los Santos cogía a los " gatos " con el corral lleno de leña y a las " gatas " con las prendas de abrigo preparadas.

Las bufandas, los jerseys, los calcetines y los guantes, hechos con la lana de las ovejas churras de las dos piaras del pueblo, estaban preparados para la gente menuda, aunque a mí no me gustaban los guantes porque los sabañones aparecían en las yemas de mis dedos y el calor de los guantes me producía un aumento del dolor.

También estaban preparadas las estufas  para llevar a la escuela.

En todas las casas había latas de sardinas de " a kilo " y alambre para preparar ese brasero escolar del que yo guardo inmejorables recuerdos.

Mis carreras junto desde el potro hasta la Plaza y la escuela, a la mañana y a la tarde, son mis mejores recuerdos infantiles.

Hace unos años los vivimos en verano llevando en las estufas un poco de agua.

¡ Felices recuerdos de nuestros años infantiles !.

Foto  parroquialaserna@archimadrid.es  

 Foto de San Simón en la iglesia de Piñuécar en la Sierra Norte de Madrid.

 " NADIE QUE HAGA UN BUEN TRABAJO tendrá un mal final "

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Es una frase del Bhagavad-gita, el libro sagrado del hinduísmo. Un fragmento de 700 versos legendarios inscrito en el libro sexto del océano épico-lírico del " Mahabharata ".

Recuerdo " con cariño y admiración " al tío Manolo el herrero, mi vecino en la calle Larga, con un martillo en la mano, tanto dentro de la fragua como en la calle, junto al potro de herrar las vacas.

Muchas veces yo me quedé " embobado " al presenciar su trabajo para convertir una barra de hierro en callos para las vacas.

Me parecía que era un calzado muy elegante.

El tío Manolo - para mí era el señor Manolo pues además era el alcalde del pueblo - me decía : " Nachito, hay que hacerlos bien para que no le hagan daño a las vacas, sobre todo, a las novillas. Tienen que pisar bien cuando están en la parva porque con el bálago se resbalan ".

Para el herrero este callo bien hecho - un buen trabajo - le proporcionaba trabajo abundante y admiración en Cereceda y en los Pueblos : Cilleros y La Bastida.

Foto  es.dreamstime.com  

El herrero trabaja el hierro bien caliente en el yunque de la fragua.

 PA BAJAR A LOS HUERTOS EL RÍO  ( para bajar a los huertos del río )

En Cereceda existían algunas zonas de huertos en los alrededores del pueblo a los que se acudía con un cesto o una cesta o un canasto, regalo de algún serrano, en los que " traer la cosecha ".

La cosecha siempre era corta porque esos huertos hacían un celemín o medio celemín.

En los alrededores de la Fuente Chica, en la zona de la Cuesta o en la Jacerita, los huertos se trabajaban siempre con la azada y, aunque alguna daba un saco de patatas, a la hora de sacarlas ya quedaban solamente algunos surcos del cantero. Los otros surcos " se iban sacando según hacían falta patatas para la cena ", decían las " gatas ".

Ya he escrito que en el camino La Nava, al abandonar la carretera para dirigirse a la casa de la tía Amparo, había a la derecha un huerto que, según tengo oído pertenecía a cuatro familias. Además en la parte de arriba había una pequeña poza para regar y en la que alguna vez vi a " señoras gatas " lavando ropa.

- Era tan pequeño que la separación entre una propiedad y la de al lado se hacía mediante una " lancha " colocada verticalmente y clavada en el suelo.

Esos huertines se trabajaban con la azada y había que tener cuidado al entrar a uno de ellos para no " pisar la cosecha del huerto de al lado ".

Al final de la calle Larga estaba la Poza en la que se almacenaba " el agua del común ". Entre la calle Larga y la carretera de Ciudad Rodrigo a Béjar había una colección de huertos.

- Mi madre los llamaba " canteros de Entrecalles " porque muchos eran tan estrechos como un cantero. En esos huertos se sembraban patatas, frejones, " verde para segar " y remolachas. Luego pasaron a ser huertos de tomates, lechugas, puerros y cebollas. ¡ Eran muy pequeñines, pero estaban al bocil de la Poza !.

Foto  pinterest.es

 ANDOBA

En Cereceda se decía también ANDÓBAL.

Se usa para referirse a una persona cualquiera de la cual se ignora la identidad o bien no hace falta mencionarla por ser suficientemente conocida.

Generalmente es una persona conocida por el hablante y por el oyente.

Se utiliza de forma despectiva.

- ¡ Mira que se acerca a mí y me pide un cigarro !. Pero ese andoba qué se ha creído. ¡ Que yo soy el estanco !. Y encima le sienta mal que le diga que yo no fumo. Que le pida a su hermano que se chulea con el cigarro entre los dedos en la taberna.

- Hoy, al salir de misa, he visto en la plaza al andoba de la Juana. Ese chico me da mala espina. Siempre anda metido en líos por todos los pueblos que pasa.

- En la taberna estaban Josepe y Nicandro hablando del andoba que se ha echao de novio la Marilucita y que ya va por tercer domingo que viene a verla. Te digo que ése es un andoba, que no se sabe de dónde ha venio. Y ¿ no va el Luisín y pregunta de quién estamos hablando ?. En el mi pueblo cuando a uno lo llamamos con ese nombre es que es un cualquiera, casi como el perro del Zacarías que se va detrás de cualquier piara de ovejas " a ver si le cae algo ".

Siempre se utilizaba para un mozo o un hombre mayor, y nunca lo escuché referido a una muchacha o a una mujer.

 En Cereceda era un " insulto " demasiado grosero llamar andoba a una mujer.

Foto  Google.com

 EL  "  SANSÓN  " de  Extremadura

.

Un amigo de un precioso pueblo de Cáceres en el que abundan las bodegas de vino de pitarra, me ha preguntado si conozco al " Sansón de Extremadura ".

Otro de los amigos del corro se ha reído  porque él nunca ha oído hablar de tan famoso personaje.

Se llamaba Diego García de Paredes.

Nació en Trujillo ( Cáceres. España ) el año 1463.

Fué un militar español célebre por su fuerza extraordinaria y sus múltiples hazañas. Se dice que  " en sus tiernos años vencía a todos los de su edad."

Además de practicar juegos físicos y militares pues " se crió al estruendo de las armas que veía ejercitar a su padre, Sancho Ximénez de Paredes ", aprendió a leer y escribir, conocimiento raro para un joven de armas y que no se criaba en la Corte.

Viajó a Nápoles al morir sus padres y allí se ganó la vida buscando " ventura de enemigos " o duelos nocturnos para robar la capa del muerto y venderla en la misma ciudad de Nápoles.

Se cuenta que un día que jugaba con otros españoles a " lanzar la barra "  se enfrentó a una comitiva papal de italianos con espadas, con su barra " matando a cinco, hiriendo a diez, y dejando a los demás bien maltrechos y fuera de combate ".

Cayó  accidentalmente de su caballo y murió en Bolonia a los 65 años.

Para quienes no conocieran la figura del " Sansón extremeño " espero que estos pocos datos les sirvan de información.

Foto  es.wikipedia.org   Diego García de Paredes con su barra.

 LAS VACAS DE HOY

En un verano en el que un grupo de personas organizamos actos a desarrollar durante las Fiestas deVerano hubo propuestas relacionadas con las vacas.

- Podíamos organizar una trilla en las Eras. Hay personas que tienen vacas y en el pueblo hay yugos y coyundas.

- Por los trillos no os preocupéis porque he visto trillos en algún corral.

- También queda algún carro con el que traer unos haces de trigo para hacer la parva.

- Tenemos hoces para cortar los haces. Y tenemos horcas y palas para tornar.

- En un corral he visto dos briendos y una brienda.

- Por las escobas para barrer y para valear el muelo, estad tranquilos, en el término municipal hay escoberas y en la sierra hay breceras.

Yo escuché las propuestas. Todas muy acertadas.

- Tenemos un pequeño problema, les dije.  Yo tengo una hoz para segar y dos manijas con sus dediles, una está casi nueva, la otra más usada pero vale para la siega. Aunque es difícil de resolver el problema que se nos presenta : ¿ Habéis visto alguna tierra sembrada de trigo ?. Porque si no tenemos trigo para segar, nos sobran vacas y carros y trillos y horcas y palas y briendos y escobas.

La escena de la trilla se quedó en un bonito sueño de un día de verano.

Foto  salamancartvaldia. Las vacas que viven en Cereceda  " están en paro."

 EL TERREMOTO DE LISBOA

Un " gato " me envía un correo para contarme " hoy he estado comentando con dos personas de Salamanca la gesta del Mariquelo que sube a tocar la gaita y el tamboril a lo alto de la Catedral de Salamanca. Por favor, cuenta algo sobre el terremoto que el Mariquelo recuerda cada año."

El terremoto de Lisboa tuvo lugar el día de Todos los Santos - 1 de Noviembre de 1755 - entre las 9,30 y las 9,40 de la mañana.

Se le llama Terremoto de Lisboa porque el epicentro estaba cerca de Lisboa, que fué la ciudad que sufrió un mayor destrozo.

Tuvo el grado 9" en la escala de Richter.

Se calcula que produjo unos 100.000 muertos.

En Salamanca se inclinó la torre de la Catedral Nueva.

Esa inclinación le permite a mi amigo Ángel Rufino, a quien todos llamamos el Mariquelo, ascender hasta la campana " María de la O."

El Mariquelo sube cada año el día 31 de Octubre, a las 11.30 horas de la mañana.

 " Lo llevo haciendo 35 años ", me dijo en 2.021.

Ángel Rufino es un gran amigo del blog Pataloso y en el nº 5 de la Revista PATALOSO ( agosto 2.020 ) publicó un artículo con el título  " GAITA Y TAMBORIL ". Dicho artículo apareció publicado en el blog el 7 de marzo de 2.021

El blog publica cada año esa subida del Mariquelo.

" Gato "  un saludo y . . .  ¡A mandar !

Foto  Google.com  salamanca24horas.com

 AJADO

Hoy he saludado a un amigo a quien hacía meses que no me encontraba por las calles de la ciudad en la que resido.

Siempre que nos vemos y recordamos " cosas de nuestra tierra ", aparece alguna palabra que nos lleva a una discusión típicamente " salamanquina ".

Esas discusiones terminan en el momento en el que su esposa, salmantina de pueblo y licenciada en Románicas por la Universidad de Salamanca, interviene.

Mi amigo, abogado especialista en Derecho Romano, acostumbra decir la frase, famosa en Salamanca cuando aparecían opiniones dispares entre sus teólogos: " Habló Roma, se acabó la discusión ".

Hoy la discusión ha llegado por la palabra " ajado ".

A mi amigo le sonaba a ajos y a mí me sonaba a un significado con el que se utilizaba en Cereceda.

- Este somier de la cama está ajado y habrá que cambiarlo. Lo aprovechas de portera en el prao de la Cabeza Fernando.

Significaba que el somier de la cama estaba viejo.

También se utilizaba para manifestar que " estaba pasado de moda " y deslucido.

- El abrigo de Salima está ajado, y, aunque se lo ha arreglao la modista de Tamames pa la boda a la que tiene que asistir de madrina en Salvanejos, yo no me lo ponía.  Está pasao de moda y la gente pensará que lo ha heredao de su abuela Saturnina.

 " Viejo, deslucido, ajado " .

LA MATA EL TREMENDO

Este artículo apareció publicado en la Revista PATALOSO, Agosto 2022.

Su autor es Isidro Marcos Martín, GATO 2017 y propietario de la finca.

Entre los topónimos existentes dentro del término municipal de Cereceda, existe el paraje llamado La Mata el Tremendo.

Etimológicamente se define como grande, inmenso, violento y drástico para resolver un asunto.

El paraje de la Mata el Tremendo se halla situado a un km y doscientos metros del pueblo. El acceso de un km es por la carretera de Nava de Francia y los restantes doscientos metros es por la pista de Valdelobos, apta para ir en coche.

Linda al Norte con el paraje de la Puente San Martín, al Sur con la pista de Valdelobos, al Este con la Huerta García, y al Oeste con la referida pista de Valdelobos.

Este paraje está cruzado por la mitad por el río Cerezo y la superficie que abarca es de unas tres hectáreas.

El cultivo de dos hectáreas de la finca era de patatas, remolachas, berzas y alubias y la hectárea restante se utilizaba para la siembra de cereal, centeno.

Hoy toda la superficie de regadío se encuentra en estado de abandono, destinada a pradera, mientras que la superficie que ayer era de cereal, se encuentra destinada a un castañar de castañas injertas.

El paraje de La Mata el Tremendo tiene una historia  que bien merece ser contada.

El dueño de la parcela mayor de las que se riegan con el agua del río Cerezo, cuya parcela linda al Sur con las destinadas a cereales, adquirió las tres parcelas con el proyecto de hacer una plantación de castaños de castañas injertas, fundado en que el suelo era apto para árboles dado que era tierra muy ácida con alto PH.

La primera media que tomó consistió en cerrar con piedra campera las cuatro parcelas, la suya y las tres compradas, refundiendo el conjunto en una sola finca, con una pared de un metro y veinte centímetros.

A la entrada instaló dos piedras de granito como anclaje para fijar en ellas las puertas de hierro que mandó hacer al herrero.

Sin más demora sembró el suelo de las tres parcelas adquiridas de castaños bravío en número de 105 unidades perfectamente alineadas y, una vez prendidos los castaños, los injertó de castañas comestibles.

A los diez años comenzó a recoger la cosecha de castañas, pero su frustración llegó cuando comprobó que no había venta para su cosecha pues permanecía la recesión económica producida por la guerra civil.

Por casualidades de la vida un día contactó con un portugués de los que arribaban por estas latitudes buscándose la vida  con el estraperlo de café portugués. Por acuerdo entre ambas partes, el portugués le suministraba diez kilos de semilla de pino silvestre, que el dueño, desmoralizado por la fracasada venta de las castañas,  repartió por toda la finca convirtiéndola en muy pocos años en una explotación mixta.

A los quince años se realizó una entresaca de los pinos, cortando aquellos más próximos a los castaños, con un valor de 27.000 pesetas. 

El año 2.008 se cortaron todos los pinos con valor de 4.600 euros ( 767.375,60 pesetas ).

 A partir de esa fecha los castaños producen anualmente entre 600 y 800 kilos de castañas.

Podemos resumir indicando que hoy la finca está muy bien cuidada, es muy productiva y el castañar  una preciosidad.

Quiero reseñar que al fallecer el creador y protagonista de esta bella historia del castañar de la Mata el Tremendo, uno de sus hijos, el heredero de la finca, tuvo el bonito detalle  de fijar en las piedras de la entrada, grabadas con cincel, martillo, paciencia y cariño estas dos frases.

En la piedra del lado izquierdo de la entrada : LA INTELIGENCIA, EL TRABAJO Y LA

 CONSTANCIA DIERON LUGAR A LA MEJORA DE ESTA FINCA. ÁNGEL MARCOS MARCOS.

(  1 - marzo 1.903  -  24 - octubre - 1.994 )

En la piedra del lado derecho de la entrada : COMO HOMENAJE PÓSTUMO POR TUS GRANDES

 VIRTUDES, TUS HIJOS CON CARIÑO TE DEDICAN ESTE RECUERDO. AÑO  1993.

El día 11 de agosto de 2.015 aparecieron machacadas ambas inscripciones por un acto vandálico ejecutado la noche anterior.

La persona que lo realizó, que supongo hijo del pueblo y emigrante, se recrea cada verano en vacaciones con halagos a las personas del pueblo, a las que este acto ha molestado.

Quiero hacer un canto de alabanza para todos los hijos del pueblo que han emigrado  y pasan en él sus vacaciones  y a todos aquellas personas que por razones de matrimonio o por otras causas nos acompañan cada año y con su comportamiento elegante  y su esmerada educación nos hacen pasar unos días veraniegos  en confraternidad y gratificante felicidad.

Fotos Constantino González Macías, GATO 2019.

EL ALMANAQUE DE 2.023

Hoy me ha llegado un correo con una pregunta  y algunas reflexiones de una señora " gata ",

" ¿ Ya tienes elegido el Almanaque del año 2023 ?. Tengo toda la colección con las 13 fotos del pueblo. Antes vendían en Salamanca una bolsa de papel como un acordeón con 10 fotos de la ciudad. Tú nos has regalado una colección de fotos del pueblo que todos los años las repaso al colocar en el álbum la foto de ese año. Me parece una idea estupenda junto con el blog que leo cada día y la Revista Pataloso que yo guardo para encuadernarla cuando llegues a 12 números. ¡ Que Dios te dé salud para llegar a ese número y para muchos más ! ".

El Almanaque para el año 2.023 ya está elegido .

Serán LOS PONTONES.

El Almanaque llevará dos fotos : una con los Pontones en invierno y otra con los Pontones en verano.

Las fotos las ha hecho Constantino González Macías, GATO 2020.

Todos los " gatos " y todas las " gatas " hemos pasado multitud de veces por los Pontones en verano cuando el río Yeltes lleva poca agua porque en invierno no se puede cruzar por allí.

Hay que ir unos metros más arriba para pasar por el puente la Cuesta, hoy de hormigón y ayer de madera y terrones.

Foto Francisco Santos Macías " gato " .  El puente la Cuesta.

 LA VIDA ES UNA CALLE de sentido único

Esta frase es de Agatha Christie, novelista inglesa ( 1890 - 1976 ).

La vida es como una calle de la que desconocemos la cantidad de números con los que cuenta a derecha y a izquierda. 

La calle puede ser más larga o más corta  pero lo que tiene seguro es que no se puede " dar marcha atrás ".

Recuerdo de mis años infantiles cuando los pequeños de la Escuela Unitaria le decíamos a los grandes :  " Cuando yo sea grande y tú chico  . . . " era una forma de soñar que en esa calle - la vida - cualquier persona se puede parar en una acera o junto a un portal y, tras un descanso, proseguir su caminar.

" La esencia de la vida es ir hacia adelante " con más ganas o con menos, con alegría o con tristeza, con valor o con miedo. Pero siempre hay que ir - " por ley de vida " - hacia adelante.

Si el tiempo corre deprisa o camina despacio, está en función de la edad, de las ilusiones y de las ganas de hacer cosas.

Tengo un amigo cirujano que divide la semana en tres partes : el inicio pasa muy deprisa, el centro de la semana - miércoles y jueves - caminan despacio, y el final " a un ritmo que depende del resultado de mis intervenciones  quirúrgicas ".

Cuando yo acudía a diario al Colegio para " impartir las clases ", siempre pensé que la semana se dividía en dos partes : los tres primeros días pasaban muy deprisa, pero los otros dos parecían interminables a la espera del descanso de sábado y domingo.

El alguacil de un pequeño pueblo castellano al que pregunté su opinión sobre la velocidad del tiempo, me contestó : " los días que echo algún bando se pasan rápidos, pero los días sin bando pasan muy lentos " .

En Cereceda para los " gatos " que hacían de pastores o de cabreros, los días que les tocaba la piara o la cabriá eran días muy largos, en cambio los días que iban a arar te decían  " la mañana me se ha hecho corta ".

Foto  pinterest.es

 CEBOLLAS Y MAÍZ

Para una persona como yo que soy alérgico a la cebolla - también al ajo - la foto es una " tentación " .

Tres manojos -  así le decimos en Cereceda a las cebollas arrancadas con las porretas y colgadas al sol o en la despensa -  de cebollas y un manojo de mazorcas de maíz.

Cuando llegaba el día de arrancar las cebollas podía ocurrir que las porretas ya estuvieran secas y no se pudiera hacer una trenza con ellas. Entonces se cogía una cuerda de las que había siempre muchas atadas a un trozo de barda metida en un agujero de la pared del corral, y se ataban en un manojo.

Mi madre se quejaba de esa forma de mantener las cebollas, " porque no les entra el aire y, como se pudra una por algún golpe que le hayáis dao con la azá al arrancarlas, se pudrirán todas ".

Por esa razón, mi padre les quitaba las porretas secas y las echaba en un cesto. Al llegar a casa las tendía en el sobrao sobre las tablas del " doble " para que se secaran y duraran, por lo menos, hasta la matanza.

Yo me divertía cuando las veía rodar por las tablas del sobrao pues los gatos jugaban con ellas, pero le decía a mi madre que no se preocupara " las cebollas no las comen ni los gatos ni los ratones."

Las piñas de maíz o de millo las colgábamos en la despensa, aunque a mí me gustaba que mi padre las colgara en la claraboya de la cocina.

Muchos años sembrábamos " maíz de palomitas " y, si estaban en la cocina, se secaban enseguida y podíamos hacer palomitas con azúcar.

El maíz se lo echaba mi madre a los garrapos chicos, ablandado y mezclado con salvao. Nunca recuerdo que lo molieran para hacer harina.

Tampoco recuerdo que las cebollas fueran de colores. El cebollino lo comprábamos en Tamames algún martes de los que íbamos a la feria.

¡ Cebollas y maíz colgadas de una ventana del sobrao !.

Foto  pinterest.es

 DE ESPALDAS A LA PUESTA EL SOL

Mi abuelo Matías decía que los viejos que miran mucho a la puesta el sol en otoño, no llegan a la primavera.

Para las gentes de los pueblos el camino que recorre el sol tiene siempre significados.

Les gusta que la iglesia del pueblo esté situada en lo alto y que la cabecera se dirija hacia el Oriente, la salida el sol.

De esa forma la puerta de entrada al templo estará orientada a la puesta el sol, al Occidente.

Ya he contado que, cuando yo dormía en el campo al cuidado de las vacas durante el final del verano, mi padre me daba siempre dos consejos : colocar la cabecera más alta que los pies aunque fuese mediante un brazado de yerba seca, y dormir mirando a la salida el sol. 

De esa forma los primeros rayos me daban en la cara y me despertaban para sacar las vacas a comer por las orillas del río Yeltes. En esos años ni mi padre ni yo teníamos reloj y nuestra vida se regía por el horario solar de verano.

El tío Pedro, el " gato " más viejo del pueblo, va girando con su silla : a la mañana se coloca de espaldas a la salida el sol; al mediodía se coloca mirando a la Plaza y su sombra se sitúa bajo la silla ; al atardecer se coloca siempre, sin olvidarlo nunca, de espaldas a la puesta el sol.

Él sabe también lo que decía mi abuelo y que él había aprendido viendo a los " gatos "  viejos y a las " gatas " viejas que se sentaban en el Altozano : " el viejo que en otoño mira mucho a la puesta el sol buscando el calor de la tarde, no llega a la primavera ".

Foto  pinterest.es

USTED ES DE TIERRA ADENTRO

Me acerco despacio y precavido para no molestarlo porque me han dicho que " tiene muy mal genio, como una galerna ".

Al viejo marino lo llaman " Galerna ".

Galerna : temporal borrascoso que, de forma repentina, se da con fuertes ráfagas de viento.

Yo he vivido junto al mar Cantábrico en La Rigada, un barrio de Musques ( ayer llamado Somorrostro ) y he visto la furia del mar desde la costa.

- La galerna del Cantábrico aparece cerca de la costa porque allí las montañas están pegadas al mar y el aire caliente cambia de repente por aire frío y húmedo de componente noroeste. Entonces aparece la galerna, me explica cuando yo le pregunto por su nombre " marinero ".

- Hoy vivo junto al Mediterráneo porque este mar es muy tranquilo y puedo fumarme mi pipa sin esperar el cambio del mar y el susto que me producen las olas aunque esté en tierra. El puerto de Altea y la bahía del Albir son un remanso de tranquilidad.

Yo lo escucho en silencio, sin atreverme a interrumpir su soliloquio.

- Usted es de tierra adentro y nunca se ha subido en un barco.

Aprovecho su silencio para decirle que conozco el mar Cantábrico y algunos puertos de Santander, de Vizcaya y de Guipúzcoa.

Le hago una pregunta " infantil " : ¿ Qué le queda de sus años en el Cantábrico ?.

Responde sin pensarlo : Esta pipa que lleva conmigo más de cincuenta años.

- Un buen marino debe llevar en la boca una pipa. Pero la suya está apagada, le replico yo.

- Hace veinte años que no le echo tabaco. Pero es una pipa de marinero del Cantábrico.

- Gracias por sus enseñanzas.

Se sonríe y yo aprovecho para despedirme y decirle que he viajado en barco de Alicante a la isla de Tabarca.

- Si alguna vez se acerca usted al Cantábrico, déle recuerdos de " Galerna ".

Foto  pinterest.es

 DULCE DE HARTABELLACO o suspiros de monja

Una " seguidora del blog " me pide que cuente la receta de este dulce típico de la zona de El Rebollar en Salamanca.

" Yo nunca los he probado y me gustaría probarlos pues " soy muy golosa " hasta el punto de que en las cartas de los restaurantes lo primero que miro es la parte correspondiente a los postres ", me dice.

. 3 / 4 de litro de leche

. 2 huevos

. Miga de pan

. 4 cucharadas soperas de azúcar

. Canela en rama

. Canela en polvo

Se pone a hervir la leche con un palito de canela y la piel del limón.

Mientras se cuece se baten los huevos añadiendo el azúcar al batir.

Se añade la miga de pan y se mezcla.

Con esa masa hacemos bolitas que echamos en el aceite muy caliente colocada en una sartén.

Las vamos sacando y colocando en una fuente con papel absorbente.

Una vez frías se meten en el frigorífico hasta el momento de servirlas.

Aprovechamos ese momento para espolvorearlas con canela en polvo.

Señora " seguidora del blog "   ¡ Buen provecho !.

Texto y foto   guiadeturismodesalamanca.blogspot.com

 LA NATURALEZA Y UNA " GATA "

La Naturaleza se encarga de producir los frutos cuando " toca ", se decía en Cereceda.

A nadie se le ocurría ir a segar las suertes de Valdecarros en Abril o ir en mayo a sacar las patatas a la Nava el Mónago.

Las cosechas van llegando " por orden " según lo marca la Naturaleza.

Recuerdo que hace muchos años, cuando en Cereceda se sembraban fresas en huertos, linares y tierras, yo me acerqué al pueblo y pude observar que la cosecha era muy abundante. Los burros llegaban a la plaza cargados de cajas, que mi tío Horacio pesaba y preparaba a la espera de que a las dos de la tarde llegase el camión que las llevaba a Valladolid, Santander o Madrid.

A una " gata " amiga mía le pregunté por el resultado de la cosecha, y ésta fué su respuesta :

- Hemos cogido muchas cajas de fresas. " A punto día " ya estábamos en Valcabrero a recogerlas porque antes de la una había que estar en el corral de los tus tíos para pesarlas. Hemos tenido muchas fresas, muchas. Pero, cuando vienen los mis muchachos y los mis nietos ya no tengo ni una, ni pa que las prueben siquiera, añadió muy enfadada.

La Naturaleza y la abuela " gata " no se ponían de acuerdo.

Ella tenía cajas y cajas de fresas, hermosas y gordas, pero cuando llegaban al pueblo los sus nietos, una vez acabado el colegio, a las tierras de la abuela no le quedaba ni una fresa.

¡ Las fresas debían madurar cuando dijera la abuela " gata " !.

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 CENIZO

Persona que tiene mala suerte o que la trae a los demás.

En Cereceda se utilizaba con frecuencia esa palabra.

A ninguna " gata " le gustaba tener un gato con ese color.

- La Juana tiene una camada de gatines que los quiere regalar, pero mi cuñada dice que esos gatos le dan mala " espina " porque la gata ha parido tres gatines cenizos. Mi madre decía que cuando una gata tenía gatines de ese color era porque se había ido al monte y se había  "emparejao " con un zorro y que esas crías se comerían las gallinas, los pollitos y los huevos.

- Yo he dicho que, si vamos a San Martín a contratar los músicos, que no venga Nicanor porque ése es un cenizo. Hace tres años se fué con Monlero a contratar la música. Yo dije que no fuera y no me hicieron caso. Llovió los tres días de la Fiesta, y el último día a Nico se le rompió el acordeón y a Juni la trompeta. Total que el baile lo hicimos con un saxofón y la batería.

- Los vecinos de Condrolejo, dice mi padre que están " mal de la cabeza ". ¡ Mira que elegir alcalde al vago de Nicolás ! ¡ Pero si ese muchacho es un cenizo !. Ha tenido cinco novias y las cinco se le han casado con algún mozo de fuera. Luego se fué a Madrid y se puso a trabajar en un hotel. Pues a los tres meses hubo un incendio en el hotel y se quedó sin trabajo. Lo digo yo : Ese muchacho es un cenizo.

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L

CONTRAVENTANAS CON AMOR

En Cereceda las contraventanas estaban eliminadas de las ventanas de las casas. Había visillos en la ventana de la cocina, si ésta daba a la calle, pero antaño las cocinas eran interiores y la única ventana - más bien un ventanuco - que en ella había, daba al corral o servía para " otear " la persona que entraba por la puerta de la calle.

 Yo he vivido en otras zonas de España en las que todas las ventanas de la casa tenían contraventanas pintadas de colores.

 Mi color favorito para las contraventanas era el color verde.

En una localidad en la que impartí clase durante unos años ayudé a algunos vecinos a pintar las contraventanas en mis ratos de ocio sabatino.

El carpintero que trabajó esta contraventana veía el amor a través de un corazón.

Dibujó un corazón en cada lado y después los vació " de madera ", que no de amor, porque es imposible vaciar un corazón del amor que en él reside.

Yo siempre he defendido que el amor reside en el corazón, aunque un amigo cardiólogo me ha dicho en muchas ocasiones " que él nunca lo ha encontrado ".

- Pero es porque tú nunca lo has buscado como " se buscan las cosas que se han perdido ", que decía mi madre.

-Eso ya me lo ha dicho mi madre a mí también " Búscalo y verás como lo encuentras. Y, por favor, reza la oración de San Antonio, hijo ".

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 LA VENDIMIA EN LA CABEZA

Mi padre tenía un amigo en las Casas ( las Casas del Conde ) que me contaba, cuando yo era " chico ", que alguno de los muchos " paredones " que él tenía eran tan pequeños que " la mañana que voy a vendimiarlo llevo una cesta para traer los racimos de la única viña que tengo sembrada allí ".

Yo me reía y le decía a mi padre que " tener un huerto en el que sólo cabe una viña es mentira ". 

En cualquier huerto de Cereceda cabían una docena de patateras.

Luego me enteré, cuando comencé a ir a buscar vino con mi amiga " la burra que sabía latín " que era cierto porque una buena viña necesita mucho espacio para extender sus raíces y sus pámpanos llenos de racimos.

- Amigo Cándido, le decía a mi padre, mi mujer se trae toda la cosecha de esa finca en una cesta a la cabeza.

Además hasta ese paredón no podían llegar ni los mulos porque estaba pegado al río Francia y el camino era estrecho y lleno de cantos rodados.

Hoy muchos de esos pequeños paredones están abandonados y en otros hay tres cerezos, que son una hermosura cuando se " cargan " de flores y que se puede traer la cosecha en varias cestas al hombro o a la cabeza.

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SAN VICENTE Y LAS GRANADINAS

País insular en América, situado en las Antillas Menores del Mar Caribe.

Tiene una extensión de tan sólo 389 km cuadrados.

Cristóbal Colón bautizó la isla principal como San Vicente porque desembarcó en ella el 22 de enero de 1498.

Este pequeño país consiguió la independencia del Reino Unido el 27 de octubre de 1979.

En su pequeña extensión vive una población de 109.543 habitantes. Densidad 284 habitantes por km cuadrado.

Su capital es la ciudad de Kingstown con 24.518 habitantes, según los últimos datos de los que dispongo. La cuarta parte de la población del país reside en la capital.

El idioma es el inglés y la religión es el cristianismo.

Su economía se basa en la exportación de plátanos y en el turismo.

El cultivo de la banana representa el 60 % del empleo y el 50 % de la exportación.

El papagayo es el símbolo nacional de las islas, que son 32.

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NOTA , - Es el último país que se ha incorporado a los seguidores del blog.

 UN TÚNEL EN LA DEHESA BOYAL

Cereceda cuenta con una hermosa dehesa boyal, de la que se habla en todos los documentos de la historia del pueblo.

Los vecinos del Concejo aprovechaban preferentemente la madera para todas sus necesidades: en la edificación de las casas, en la elaboración de carros y arados  para el trabajo agrícola, y en fuente de calor en los larguísimos inviernos en el pueblo

Cuando yo era niño en la zona de los Valles eran abundantes los robles jóvenes que se cerraban sobre las cabezas de las vacas, y a la salida o a la puesta del sol se podían encontrar imágenes como las de la foto.

Los árboles en una zona muy húmeda con abundancia de abono natural de las hojas caídas  y abono de los animales que pastaban en zona de prado, crecían hacia lo alto en busca de la luz solar.

Era normal que se celebraran " entresacas " para que los robles que quedaban aumentaran su robustez.

Esos robles serían cortados y transformados en traviesas cuando llegasen a una determinada edad o cuando el Ayuntamiento consiguiera el permiso para " echarlos a tierra ".

Para ver el sol saliendo había que mirar hacia el Codorro, el pico situado al Este de Cereceda, el lugar por donde cada mañana salía el sol.

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 DOS TIESTOS A LA PUERTA

    

Hace algunos años que sus dueños emigraron.

La puerta se cerró y aquella familia que, al principio regresaba en verano, ahora se ha olvidado del pueblo y la gente los ha apuntado en el álbum de los recuerdos.

Una vecina ha querido rendir un homenaje a la familia emigrada con la colocación de dos tiestos a la puerta, que riega cada mañana y limpia de las flores secas y de las hojas que el otoño cae al suelo.

- Cuando se marchó mi amiga Genoveva me regaló todos los tiestos que tenía. Ella era muy amiga de las flores y las cuidaba con una mano especial, les hablaba, los regaba con cariño y los guardaba en el portal cuando comenzaban los fríos y las heladas. Yo tengo dos tiestos siempre en su puerta, cerrada desde hace diez años, que dejaron de venir en verano. Siempre están preciosos y llaman la atención de los forasteros. Como la puerta está carcomida por el agua en la parte de abajo, los tiestos tapan esos destrozos de los años sin abrirla.

Yo me quedé mirándolos una mañana que me acerqué hace poco hasta ese pueblo y los vecinos me contaron esta bonita historia de una puerta cerrada y dos tiestos en la piedra de cantería que servía como peldaño en la entrada.

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 AMANECER DE OTOÑO

                                      Una larga carretera

                                       entre grises peñascales,

                                       y alguna humilde pradera

                                       donde pacen negros toros. Zarzas, maleza, jarales.

                                        Está la tierra mojada

                                        por las gotas del rocío,

                                        y la alameda dorada

                                        hacia la curva del río.

                                         Tras los montes de violeta

                                         quebrado el primer albor :

                                          a la espalda la escopeta,

                                          entre sus galgos agudos, caminando un cazador.

                                                                        Antonio Machado   ( 1875 - 1039 )     

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 VOLVERSE LA ALBARDA A LA BARRIGA

Las albardas que los " gatos " le ponían al lomo de sus burros desconozco si alguna vez fueron nuevas.

 Las cinchas nunca lo fueron.

Todas las cinchas que llevaban los burros eran trozos de coyundas viejas.

Las vacas estrenaban coyundas, y en algunas casas había unas coyundas para el yugo del arado y otras coyundas para el yugo del carro.

 La fuerza de las vacas era muy superior a la fuerza de cualquier burro y un carro cargado de bálago arrastrado por el camino Zarzoso necesitaba de unas buenas coyundas para sujetar la testuz de las vacas en la cuesta el Valle el Espino.

Por esa razón, los " gatos " que durante el largo invierno de Cereceda tenían poco trabajo, se dedicaban a reforzar las coyuntas  con trozos nuevos y con los " restos " viejos se preparaban cinchas para los burros.

De la piel de un gato se sacaban tiras convertidas en " finos " hilos que, con la ayuda de la lezna, convertían una cincha vieja en una cincha " que todavía vale para este año ". Y esa misma frase se decía " al año siguiente " y los años que hiciera falta.

Una cincha nueva costaba mucho dinero en una época en la que cada peseta tenía " un valor de mercado  muy elevado ".

Algunas veces la cincha cedía o se rompía por alguna costura mal acabada y la carga de la burra terminaba en la barriga.

Yo ví en muchas ocasiones sacos de hojas de remolacha en la panza de la burra por " fallos " en la cincha o por falta de fuerzas en los brazos " infantiles " de quienes aparejaron la burra.

Esa aventura era el " risorio " del pueblo.

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EL QUE SE QUEMÓ CON LECHE, cuando ve una cabra, llora.

En Cereceda todos los críos, desde nuestra más tierna infancia, éramos especialistas en ordeñar cabras.

En invierno realizábamos el trabajo en el corral, pero en primavera y en el tardío - nombre dado al otoño en el pueblo - se hacía en el campo, aunque nuestra especialidad era acudir a ordeñar las cabras al mediodía - un mediodía un poco " tempranero - a Las Salgaeras, una zona cercana al pueblo, una vez cruzado el río Cerezo por el puente del Camino La Nava o a " la pata llana " frente a la casa de la tía Amparo.

La leche del verano servía para hacer la migá, la parte más importante de la cena veraniega.

Todos recordamos con añoranza la cazuela de leche migá en el centro de la camilla y todos los miembros de la familia, sentados en corro a su alrededor, alargando la mano con la cuchara en cuanto se daba la " orden " de iniciar la comida de la migá.

A todos nos encantaba la leche fría de la migá, que era la que habíamos traído desde las Salgaeras en una cántara con el cuidado de no caer " ni una gota " por el camino.

Éste refrán lo decía mi abuela Fausta para animarnos a comer de la fuente del centro de la camilla, porque esta leche estaba fría, fría de la despensa pues en aquellos años no había frigoríficos.

Todavía en el siglo XXI, algunos hijos del pueblo continuamos terminando nuestra cena con una cazuela de leche migá, aunque ahora sea de supermercado.

Se cuece la leche al mediodía, se echan las sopas de pan en un tazón, se guarda en el frigorífico, y al llegar la noche, a recordar otros tiempos, otras cocinas y otras compañías familiares.

¡ Buen provecho !, señores " gatos " y señoras " gatas ".

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 TODAS LAS ESCALERAS SE PUEDEN SUBIR PELDAÑO A PELDAÑO

Esta frase de un hombre culto mi padre la decía aplicada a Cereceda :

" Ninguna tierra es tan grande que no se pueda segar surco a surco ".

Antes de hacer la concentración parcelaria, la mayoría de los " gatos " tenían tierras pequeñas  o muy pequeñas

Mi padre tenía - las tierras eran siempre del " gato " - solamente una tierra grande en la Hoja de Arriba y otra tierra grande en la Hoja de Abajo,

La tierra grande de mi padre era la Monte la Rade.

En esa tierra mi madre y yo , que tenía 9 años, nos pasábamos el verano de siega, por la mañana y por la tarde.

Segábamos los dos y ataba mi madre mientras yo seguía segando o me marchaba a regar la poza de las Canalejas o de las Dos Cerrás.

La tierra " grande " era el Rozo del tío Fael.

Valdecarros era una gran finca pero era de muchos vecinos por lo que cada vecino tenía dos suertes grandes y dos suertes pequeñas.

Esas tierras - las grandes y las pequeñas - las segaban los " gatos ", pero sobre todo las " gatas " y su prole porque eran muchos los " gatos " que se iban a Aldeatejada o a Villamayor a ganar dinero para pagar el mineral y la cubierta a Ceferino Peix de Tamames, que era quien les proporcionaba el mineral para abonar sus tierras.

Como ven, la frase de la escalera la he transformado con la ayuda de mi padre en una tierra de trigo.

La escalera más alta que había en Cereceda era la escalera de subir al tenao de la paja, una escalera de madera de roble con los pasos reforzados a cada trecho porque la escalera de subir a las campanas estaba dividida en dos tramos : uno hasta la tribuna y otro desde la tribuna hasta las campanas.

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 MÁS VALEN DOS TAJADAS DE VACA, que cien arrobas de patatas.

El señor Baulín era tratante de ganado.

El señor Baulín vivía " a mitad de camino entre Béjar, Guijuelo y Ciudad Rodrigo ".

Eso era lo que respondía cuando mi padre le preguntaba por su pueblo. Yo le decía a mi padre que el señor Baulín vivía en Salamanca.

La gente de la capital se viste de otra forma diferente a la gente de los pueblos, aunque esos pueblos sean Guijuelo o Béjar o Ciudad Rodrigo.

El tratante compraba churros y vacas viejas en Cereceda que él enviaba a " los mataderos de media España en los que tenía asegurados unos cuantos carniceros a los que vendía su mercadería ", me había explicado muchas noches y muchas mañanas cuando yo le preguntaba a dónde enviaba los churros y las vacas viejas.

A la hora de la comida, que unas veces era a la una y otras a las cuatro de la tarde, le gustaba comer un solo plato. El señor Baulín nunca comía postre.

Él me decía que su postre eran el café, la copa y el puro que llenaba la cocina de humo, " como la chimenea del tren ", me decía sonriendo, y me explicaba cómo era un tren y cómo era la chimenea de la máquina que yo no había visto porque yo me subí por primera vez en el tren cuando tenía 11 años y marché a estudiar primero de bachillerato a San Martín de Trevejo en la provincia de Cáceres.

Mi madre le freía en aceite de las Jurdes unos trozos de carne de vaca que él había traído en una fiambrera en su coche, grande como los cochazos de los toreros, y con abundante pan se los comía.

- Señora Constantina, más valen dos tajadas de carne de vaca, que cien arrobas de patatas, le decía a mi madre cuando ella le ofrecía un plato de patatas cocidas antes del plato de carne de vaca.

Yo me reía pues a mí me parecía una exageración porque cien arrobas de patatas valían mucho dinero aunque las patatas estuvieran baratas. Cien arrobas de patatas eran muchos kilos de patatas pues la arroba en Cereceda tenía 11 kilos y medio.

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 NO ME SE MOJA NI LA GORRA

En Cereceda - lo he manifestado en muchos artículos - todos los " gatos " eran meteorólogos.

- Tendrás que volverte pronto porque El hombre del Tiempo ha anunciao lluvias pa hoy y pa mañana, le dijo el herrero a Teodulfo.

El herrero escuchaba el tiempo en el parte de la noche y contaba en la fragua las noticias porque era uno de los pocos " gatos " que tenía " arradio " en los años 50 del siglo pasado.

Dulfo - así lo llamaba la gente porque el nombre completo era muy largo - le replicó " con sorna " : Ese tío habrá dicho que hoy llueve en Valdecarros pero yo voy pa los Limpios y p´allí te aseguro yo que no me se moja ni la gorra.

Cuando la lluvia era suave y prolongada a lo largo del día, los pastores y los " gatos " llevaban el capote con el que se cubrían la cabeza y todo el cuerpo hasta los pies de la lluvia y del frío.

Al volver a casa, la mujer le preguntó si había llovido mucho porque ella había estado atareada con hacer el pan y cocerlo en el horno y, aunque había salido al corral a atender las gallinas y los garrapos chicos y había oído " caer las canales ", no había salido a la calle ni se había asomado al huerto.

El marido, tras colgar el capote de un buen clavo que tenía en la cocina cerca de la chimenea, le respondió : " mira la gorra, está seca ".

La gorra, que los " gatos " llevaban todos los días para cubrirse la cabeza, era un símbolo del tiempo que hacía en el pueblo.

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La gorra de los " gatos " era la boina.

 TRES GORRIONES EN UN DEDO

En otro dedo de la mano izquierda hay un grano de trigo o de cebada.

- A los pardales les gusta más la cebada que el trigo. Están más dulces los granos, me dijo mi abuelo Matías, una mañana de nieve mientras con una criba y la volvedera intentábamos mis amigos y yo hacer una caza de pardales en el corral.

A los gorriones, en Cereceda, los llamamos pardales.

El cabo Juan que estuvo unos cuantos años en el destacamento de El Cabaco " cuando los maquis ", me enseñó que a esos pajaritos los llaman gorriones en toda España, pero en Cereceda los llamáis pardales porque tienen el color pardo de vuestras tierras de barbecho y el color pardo de los pantalones que usan  los campesinos para trabajar en el campo.

Los pardales y mi madre siempre estaban " peleaos " porque se comían las patatas cocidas y mezcladas con harina de cebada que mi madre le ponía a las pollitas para que enseguida se transformaran en gallinas y pusieran huevos.

Pero no se atrevían con la comida de los gatinos pequeños que eran trozos de pan duro ablandados con leche caliente, protegidos por la mamá gata, ni con la comida de los pollitos protegidos por la gallina clueca.

Los pardales en mi casa dormían en el tenao donde se encerraban la paja y el heno, y se despertaban muy temprano - en cuanto amanecía - y se dedicaban a picotear entre la paja ala búsqueda de granos de trigo o de cebada.

Los domingos del invierno mis amigos y yo nos dedicábamos a coger pardales con la criba y la volvedera cuando salíamos del rosario.

Los cogíamos y los soltábamos porque ¿ para qué queríamos nosotros unos pardales en una jaula ?.

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 SENTADA EN EL MACHADERO  LA PUERTA

Riselinda ha dejado el bastón tirado en los peldaños de la entrada de la casa.

El cansancio y los años hacen que subir los tres peldaños sea un sacrificio demasiado grande para la mujer. La parra y su sombra son un reclamo para quedarse un rato sentada en el machadero la puerta.

Hoy ha ido de visita. De visitas.

- He ido a casa de Juana porque hacía una semana que no la veía y, como siempre, me la he encontrado a la puerta pero sin ánimos para caminar. Dice que este año el su hijo se ha marchado con la su mujer y los sus niños a Galicia de vacaciones y que el pueblo no le gusta a la su mujer y no vendrán a visitarme. A lo mejor , me dice, se acercará él solo unos días.

- Juani no te atormentes. A las mujeres que no son del pueblo, la tierra no les " tira " y se van a las playas de cualquier lugar de España. Bueno, si viene el tu muchacho unos días, ya puedes sentirte contenta.

Desde la puerta de la casa de Juana se ha ido a visitar a Romualdo.

Romualdo es amigo suyo desde niños y " algo pariente ". 

- Romualdo se quedó viudo hace unos años y la su mujer, que se llamaba Nieblina y era de Carrasquejo de Abajo aunque llevaba cincuenta años viviendo aquí, era muy amiga mía. Yo fuí la madrina de la su hija mayor y le puso mi nombre. Hoy Rise, que es como la llaman porque a la gente de este pueblo no les gustan los nombres largos, es enfermera en la capital y su marido, D. Fermín, es un médico especialista del corazón, un médico con mucha fama.

A Romualdo la visita de Riselinda le alegra el día porque " esa mujer es como un ángel, siempre te trae buenas noticias del Barrio de Abajo, el barrio en el que yo nací y donde yo me crié hasta que me casé, y que hace mucho tiempo que no visito ".

Así es un día cualquiera en la vida de Riselinda porque, " como decía el mi  marido a mí no me se cae la casa encima ".

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 ALCARAVÁN

Ave caradriforme de cabeza redondeada, patas largas y amarillas, pico relativamente corto y ojos amarillos.

De costumbres crepusculares o nocturnas, habita en terrenos descubiertos y pedregosos.

Es más fácil verlos y sentirlos cercanos en los atardeceres del comienzo del verano.

Tiene una longitud corporal de entre 38 - 46 cm, una envergadura alar de 76 - 88 cm y un peso entre 300 y 535 gramos.

Es un ave migratoria, de costumbres solitarias, que vive en las tierras alejadas del agua y a la que le gusta la noche.

Se alimenta de roedores, pequeños reptiles, insectos y huevos y pollos de otras aves.

Se esconde agachada en los vados de los surcos mimetizada con el terreno.

Canta de noche con gritos aislados. " Silban los alcaravanes en los crepúsculos de junio ", dice Miguel Delibes, el escritor castellano.

Nidifica en abril, en un hoyo excavado en el terreno. Pone 3 - 4 huevos alargados, del tamaño del huevo de gallina, color arcilla y jaspeado.

La incubación dura 26 días, y enseguida de su nacimiento los polluelos siguen a los progenitores sin regresar más al nido.

Si barruntan peligro, se agazapan y los padres protegen a sus crías.

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 LA MANO QUE SOSTIENE LA CABEZA

- Cuando me siento en tu machadero, la cabeza se me va p´alante y tengo que sostenerla con la mano derecha, me dijo muchas veces la señora Encarna, a quien le agradaba pararse a charlar conmigo, mejor, a contarme cosas cuando desde la casa del su Orlando se iba a su casa en la Esquina.

A mi tía Inés la invité muchas veces a sentarse en el machadero - un lugar muy concurrido los domingos a la espera de que el cura tocara " las todas " para entrar en misa - al volver a su casa de tender la ropa en las cuerdas que teníamos a la trasera de mi casa. Ella se sentaba inclinada hacia adelante y apoyaba la cabeza en su mano derecha o en su mano izquierda.

- Tía, échese para atrás contra la pared y las manos en las rodillas, le pedía yo.

Ella se sonreía y me contestaba " con los años la cabeza camina un trozo por delante del cuerpo. Me cuesta mucho enderezarme cuando estoy sentada. ¡ Con lo buena moza que yo fuí !.

Cuando decía esa exclamación, yo sabía que se iba a levantar apoyada en el palo que sostenía en una mano porque la otra la tenía ocupada con el pequeño barreñón en el que había llevado la ropa a tender.

- Me voy, que tu tío ya está medio dormido leyendo el periódico en el corral.

Y paso a paso, se iba camino de su casa para despertar a su marido y entrar a la cocina a comer.

Tras la comida, apoyaría el codo en la camilla, y la cabeza en la mano, y, así, en esa postura, echaría una " cabezadita ".

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 LA GATA Y LA LAGARTIJA

Hay varios signos que indican que es una ventana de una casa vacía desde hace tiempo : desconchones en la pared, marco exterior de la ventana sin blanquear, la madera incolora, ...

Esa ventana " da " al huerto que rodea la casa.

Pero parece que la casa está deshabitada, aunque quedan todavía las cortinas de la ventana.

Los hierros de la reja, hechos en la fragua del pueblo, hace " tiempo " que nadie se ha molestado en pintarlos.

Cuando los veraneantes llegamos al pueblo el primero de los oficios que tenemos la obligación de hacer es pintar los " yerros  de las ventanas ".

Un viaje a Tamames a comprar un bote de kilo de pintura negra, una brocha y una botella de aguarrás.

- Que no se te olvide el aguarrás, o, como decía mi abuela Fausta, ponéis el piso de la ventana lleno de pintura y luego tengo yo que taparlo con los tiestos.

Un paseo por las calles del pueblo a media mañana y se pueden contar los pintores y grabar sus palabras de " queja ".

- Mi mujer, en cuanto llegamos al pueblo, ya está " dale que te pego ", con los " yerros " de las ventanas.

En esta ventana la persiana verde se ha ido cambiando de color con el paso de los meses y ahora " ya es de cualquier color menos verde " que decía una " gata " vieja sonriendo y hablando para ella sola. Lo hacía en voz alta " a ver si la dueña se entera y la cambia por una nueva ".

La dueña, que un día emigró al extranjero, nadie sabe cuándo volverá.

La cuerda se ha roto por el nudo, y el agua o la nieve o Dios sabe quién se han llevado el trozo que colgaba.

Ahora la ventana tiene una dueña a diario, la gata de la señora Juana que desde esa altura otea el horizonte por si cae algún pajarillo.

Hoy se ha atrevido a subir hasta allí una lagartija.

La gata la mira y no sabe qué hacer. Puede atacarla pero nunca se ha enfrentado a un animal de ese tipo, o mirarla y pedirle que se vaya a otra ventana.

Todas las ventanas de la casa son para una gata y alguna lagartija.

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 ESTAJAR

Estajar significa en ganadería " separar el ganado ".

Estajar tiene sinónimos como obstruir, obstaculizar o interrumpir.

Es una palabra que escuché en muchas ocasiones a un comprador de ovejas que acudía a la posada de mis padres.

Le gustaba llevarlas en un camión que tenía divisiones en la caja. Hay que estajar el ganado: una zona para las ovejas, otra para los borregos, otra para las corderas y otra para los corderos.

Yo le ayudé en alguna ocasión a separar el ganado una vez subido al camión. Cogía los corderos por las patas delanteras ( las manos ) y los " echaba en su cuadrado ", Lo mismo hacía con las corderas. Luego iba metiendo las ovejas en su apartado y por último los borregos.

- Así, cuando llega la hora de descargar el camión, los primeros que bajan son los borregos a los que no les gusta viajar. Todo el viaje lo hacen de pie, aunque vayan a Valladolid. Las ovejas son las segundas en bajar y, como han estado cerca de sus crías, se echan en la paja que hay en el suelo de la caja del camión para que se echen los corderos y las corderas. 

-  " Nachito, me decía, hay un orden para subir al camión y un orden para bajar. Cada grupo debe ir en la parte que le corresponde."

 Yo me reía y le decía: Sí, pero debía poner a cada uno en un asiento, como en el coche de línea.

- Eso es mucho pedir. Te recuerdo, monaguillo, - mi madre le había dicho que yo era monaguillo - que la Biblia dice que los primeros en subir al camión, serán los últimos en bajar.

- Señor Antolín, ¿ De verdad dice eso la Biblia ?.

- Pregúntaselo al cura, me respondía todo serio con un gran puro en la boca.

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