CARNICERÍAS DE CERECEDA
Artículo escrito por Arístides Álvarez Martín, GATO 2024.
Publicado en el nº 9 de la Revista PATALOSO, Agosto 2024
En los documentos antiguos que hablan de Cereceda, citan una " carnicería de chivo " que se encontraba en la casa de un vecino, que era carbonero, y, por tanto, no pagaba impuestos por vender carne.
Yo tengo un recuerdo lejano de la carnicería que tuvo el tío Pedro en la calle Larga, en la casa donde vivieron Marcelino y Esperanza.
El tío Pedro llegó a Cereceda desde La Alberca, y después de unos pocos años, se marchó con su familia a Tamames y montó una fábrica de gaseosas " gaseosas El Chiche ".
Después recuerdo la carnicería del tío Felipe Neri, que estaba casado con la tía Salvadora, y pusieron la carnicería en el Toral.
Vendían carne de cabra, de oveja y corderos y cabritos.
Casi todos los animales que mataba eran suyos o los compraba en el pueblo, y no tenía carne a la venta todos los días.
El siguiente carnicero fué el tío Feliciano que puso la carnicería en la Esquina, en la casa donde vivió Olegario.
La carne la despachaba en su casa.
El carnicero más importante de Cereceda fué el, tío Manuel " Pina " y su mujer, la tía Sidra.
Tenían la carnicería en la carretera, cerca de las escuelas, y vendían la carne en una habitación que daba " p´atrás ", para los huertos que hay en medio de unas pocas casas.
En el portal tenía unos troncos gordos en los que siempre había un destral con el mango muy corto para cortar los huesos.
El tío Manuel vendía carne todos los días, y mataba marranos, cabras y ovejas y alguna ternera.
Se iba a los pueblos de la zona de Ciudad Rodrigo, con los carniceros de Sequeros y de Villanueva, y tenía siempre un atajo de cabras y de ovejas que cuidaba él o sus hijos porque no las echaba a la piara ni a la cabriá.
Esos animales los tenía para matarlos y venderlos en la carnicería.
En la carnicería de la tía Sidra se vendía también la carne de alguna vaca que se hubiera perniquebrado y que le compraba al dueño.
En esos años en el pueblo vivían 500 personas y a la carnicería acudían también vecinos de Cilleros y de La Bastida que bajaban a comprar carne a Cereceda.
Yo fuí de chaval a buscar hígado y sangre a esa carnicería.
Foto Revista PATALOSO.
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