miércoles, 30 de octubre de 2024

 MI SILENCIO






Son tres sabios consejos que a mí me enseñó, cuando comenzaba a ir a la Escuela Unitaria de Niños de Cereceda, mi " maestro particular " el cabo Juan.

Las clases eran en la cocina de mi casa - la taberna y posada de Cándido - al anochecer, mientras mi madre - la tabernera señora Constantina - preparaba las patatas cocidas, que eran la cena " de todas las noches ", y los torreznos de tocino.

Nunca supe la razón por la cual el tabernero era Cándido y la tabernera era la señora Constantina.

A mi madre la llamaban señora mientras que mi padre carecía de título.

Ni siquiera lo llamaban " el tío Cándido ".

Solamente los jurdanos lo llamaban señor Cándido y mi padre se reía o se enfadaba con ese título.

El cabo Juan me daba esos tres consejos :

.  Hay saber más de lo que se dice.

. Hay que pensar más de lo que se habla.

. Hay que observar más de lo que se imagan quienes te miran.

- " Así llegarás a ser un muchacho sabio ", remachaba el cabo Juan.



Foto  pinterest.com

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