martes, 4 de diciembre de 2018


UVA MOJADA NO ES BUENA PARA COLGADA





A mi abuela Fausta le gustaba colgar racimos de uvas en la sala.
Cuando empezaban a llegar a Cereceda los serranos con banastos de uvas, mi abuela esperaba la llegada de sus amistades de las Casas del Conde.
- Las uvas de las Casas son pequeñas y buenas para colgar. Siempre uvas blancas.
Entonces se " pertrechaba " de una aguja gorda " de coser calcetines de lana " y un hilo grueso para ir cosiendo los racimos por la parte superior. Antes de coserlos los movía, como si los estuviera " zarandeando " para ver si las uvas estaban bien agarradas,
- Los racimos tienen que tener las uvas poco maduras porque si no se caen.
Hacía una " ristra " de diez o doce racimos que yo le iba dando en la sala para colgarlos.
- Los racimos tienen que tener las uvas bien secas porque si no se pudren.
Se enfadaba cuando le traían uvas cogidas esa mañana con el rocío.
- Tienes que cogerlas la tarde antes y guardarlas en la bodega, porque " uva mojada no es buena para colgada."
Mi abuela cambiaba las uvas por sacas de paja. Nunca la vi pesar ni las uvas ni los sacas de paja.
- Te doy dos  sacas " de paja por las uvas de esta banasta.
El serrano se subía al pajar y llenaba, " todo lo que podía, " las sacas.
Esas uvas estaban colgadas hasta la noche de la matanza. Una vez probadas esa noche, ya se podían coger los racimos para merendar al salir de la escuela en el mes de Enero.
 Un trozo de pan reciente y un racimo de uvas de la sala era para mí la mejor merienda.
Esa era la merienda que mi abuela me daba por ir a visitarla al salir de la escuela, a las cinco de la tarde del mes de Enero, el mes más frío de Cereceda.

  Foto  www.google.es

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