domingo, 31 de agosto de 2025

LA SONRISA

 
 
 


 

Fabulista español ( 1750 - 1791 )

Tendría - calculo yo - cuatro años cuando aprendí de memoria la fábula " el burro flautista ".

La " culpa " la tuvieron los jugadores " buenos " de brisca de Cereceda.

En la taberna de mis padres, cuando faltaba un jugador para hacer el trío, me sentaba yo en su lugar.

Siempre faltaba alguien en el trío de los " malos " y, cosas de la casualidad, a veces ganábamos algún juego.

Entonces los jugadores buenos decían " Vosotros, como el burro flautista, que sonó la flauta por casualidad ".

 


 

 Yo le pregunté al cabo Juan, mi amigo, por el burro flautista y él me enseñó, a base de repetir y repetir cada estrofa, la fábula de Iriarte.

Con cinco años me aprendí de memoria la fábula del burro del aceitero - que llevaba pellejos de aceite y en el corral no tenía ni un candil - y la fábula del gallo y el cerdo y el cordero - el gallo quería que el cordero madrugara y el cerdo quería que durmiera feliz - para añadirlas a la fábula del burro flautista.

Iriarte pensaba que quien fuera inteligente y leyera sus fábulas  se sonreiría con su lectura.

Esa sonrisa sería el idioma universal de todos sus lectores.

 

Foto  pinterest.es  

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