sábado, 2 de agosto de 2025

 EL VIENTO Y LOS MOLINOS



 

 

Decía el tío Teodomiro, al que en el pueblo llamaban " el Cascurro ", que hay muchas cosas que no se pueden impedir, ni siquiera aunque lo mande el juez, pero hay que discurrir la manera de aprovecharlas.

" Cascurro " es una palabra del idioma " gatuno ".

Quizás nació por deformación  de cuscurro o de coscurro, que de las dos formas se dice en Cereceda a la corteza o extremo crujiente del pan.

El tío Teodomiro decía que no se podía impedir que el río se llevara las " tomas " construídas en junio para regar las patatas y las remolachas, pero se podían sangrar en setiembre y esperar que el agua respetara los dos extremos.

También decía el tío Teodomiro, el " Cascurro ", que había que aprovechar el frío y las heladas del invierno para quedarse en el corral y " fabricar " briendos y briendas y rastros y hasta betijos para los chivos de las cabras. 

Y, respecto al viento - en Cereceda se decía el aire - el tío Teodomiro decía " que había que aprovecharlo para limpiar las parvas ".

Y mi padre decía que el tío Teodomiro siempre tenía razón.

El problema, decía el tío Genaro, llamado el " Batueco " porque siempre " estaba en las Batuecas ", que el aire soplaba cuando las parvas estaban sin trillar.

" Cosas " del tío Teodomiro y del tío Genaro, dos personajes de un pueblo en el que abundaban - hace muchos años - personajes " ilustres ".

 

Foto  pinterest.es 

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