viernes, 29 de marzo de 2024

EL  ESCAÑIL









Escaño pequeño. En Cereceda se decía escañín.

En las casas de Cereceda había escaños grandes y escaños pequeños.

Había también un escaño " gigante " en casa del tío Damián y la señora Consolación.

Este escaño era una auténtica cama por las medidas que tenía, sobre todo, en la anchura del asiento. 

Era doble ancho que el escaño que había en la cocina de la casa de mi abuela Fausta.

En mi casa había tres escaños. Dos estaban en la cocina, uno a cada lado de la lumbre, y otro en el portal.

El escaño del portal, que era muy rudimentario, era más estrecho que los dos de la cocina. A este escaño lo podríamos llamar escañil.

En uno de los escaños de la cocina hacía mi madre " la cama del pan " cuando " masábamos " pues era ancho y elegante.

El otro escaño de la cocina era muy rudimentario y sin adornos y un término intermedio entre el escaño y el escañil.

Ahora tengo un escaño elegante en el portal de mi casa del pueblo. 

Es herencia familiar pues lo heredó mi tía de su madre, mi abuela, y yo de ella.

Pueden sentarse en él cómodamente cuatro personas y tiene enrejados en el fondo y en los dos laterales, hechos de madera.

El escaño dejaba libertad a la cocinera en la cocina pues ocupaba muy poco espacio y, siempre, junto a la pared. 

El escaño evitaba que hubiera unas cuantas sillas en la cocina, " de estorbos ".


Foto  Google.com

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