EL VIENTO Y LOS MOLINOS
Decía el tío Teodomiro, al que en el pueblo llamaban " el Cascurro ", que hay muchas cosas que no se pueden impedir, ni siquiera aunque lo mande el juez, pero hay que discurrir la manera de aprovecharlas.
" Cascurro " es una palabra del idioma " gatuno ".
Quizás nació por deformación de cuscurro o de coscurro, que de las dos formas se dice en Cereceda a la corteza o extremo crujiente del pan.
El tío Teodomiro decía que no se podía impedir que el río se llevara las " tomas " construídas en junio para regar las patatas y las remolachas, pero se podían sangrar en setiembre y esperar que el agua respetara los dos extremos.
También decía el tío Teodomiro, el " Cascurro ", que había que aprovechar el frío y las heladas del invierno para quedarse en el corral y " fabricar " briendos y briendas y rastros y hasta betijos para los chivos de las cabras.
Y, respecto al viento - en Cereceda se decía el aire - el tío Teodomiro decía " que había que aprovecharlo para limpiar las parvas ".
Y mi padre decía que el tío Teodomiro siempre tenía razón.
El problema, decía el tío Genaro, llamado el " Batueco " porque siempre " estaba en las Batuecas ", que el aire soplaba cuando las parvas estaban sin trillar.
" Cosas " del tío Teodomiro y del tío Genaro, dos personajes de un pueblo en el que abundaban - hace muchos años - personajes " ilustres ".
Foto pinterest.es