domingo, 15 de junio de 2025

 A DAR LOS HACES





Nunca aprendí a cargar un carro de haces.

Mi padre era quien los colocaba en el carro y yo era quien se los daba.

Para dar los haces se utilizaba el horquín.

El horquín era una horca con cuatro dientes pero más largos.

El mango del horquín era demasiado largo para los " gatines " y aprendimos a pinchar el haz y clavar el final del mango en el suelo y, luego de enderezarlo, tirar el haz al carro.

Algunas rapazas hacían los haces muy grandes y muy pesados y quien los echaba al carro se acordaba de ellas.

Los carros de Cereceda llevaban unos estacones especiales para que el carro fuera con mayor capacidad y menos altura.

En los caminos de las tierras del pueblo había lugares en los que el carro se quedaba por un instante con una rueda en el aire y era muy fácil que " volcase ".

Era una burla " gatuna " el que volcases el carro cargado de haces, pero era mayor la burla cuando " se paría el carro ".

" Parirse el carro " significaba que los haces de algún lateral se abrían y se caían al camino, o los haces de la parte delantera o los de la parte trasera.

Un " hermoso " recuerdo para quienes acarreábamos desde cualquier punto del término municipal.


Foto   Un carro de bálago, pero tirado por mulas.

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