LA VIRTUD DEL CAMINANTE es la esperanza
La esperanza es una virtud teologal. Una de las tres virtudes teologales de la tradición cristiana: Fe, Esperanza y Caridad.
La esperanza es una combinación del deseo de algo y la expectativa de alcanzarlo.
El problema muchas veces para el caminante es reconocer el camino que debe seguir.
- Lo peor del caminante es encontrarse con dos caminos y desconocer cuál de ellos lo llevará a su meta, me enseñaron mis amigos cuando comencé a ser caminante en las montañas de Vizcaya.
En mis veranos en Cereceda organizaba una " peregrinación " a la Peña de Francia.
Me gustaba que subiéramos a la Peña por diferentes caminos.
Algunos caminantes se enfadaban y decían " el año pasado subimos por otro camino ".
Mi respuesta era sencilla " es que somos caminantes y nos gusta elegir el camino y, si no existe, nos gusta hacerlo ".
Hoy me gusta decir " voy a caminar " y poder elegir un camino cada día.
En el pueblo había cientos de caminos para poder utilizarlos, aunque se entrecruzasen los unos con los otros.
Y en todos esos caminos debe encontrarse la esperanza.
La esperanza de llegar a una meta, de pasar un rato feliz, de hacer deporte, de pasar la mañana, de . . . lo que cada caminante elija.
- " Todos los caminos llevan a algún lugar ", me enseñaron los pastores y los cabreros de Cereceda.
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