martes, 18 de julio de 2023

 QUEDARSE BOLO









Cuando yo escuché esas dos palabras tras la barra de la taberna de mis padres, siempre entendí que lo que decían era " quedarse solo ".

Ésa era la expresión de algunos cazadores de Cereceda cuando al caer la noche del domingo se acercaban por la taberna para que mi madre les preparara alguna liebre o algunas perdices.

Me extrañaba que le dijeran esas palabras a alguno de la cuadrilla, que además estaba obligado " por ley " a pagar la jarra de vino de dos litros que mi padre colocaba sobre la camilla a la hora de la cena.

Con el tiempo aprendí lo que esas dos palabras significaban en boca de un cazador : " quedarse bolo " significaba que los conejos y las liebres y las perdices se habían reído de él y de sus cartuchos y de su escopeta.

El pobre cazador, " presumido y mentiroso ", dos adjetivos adecuados para definir al  " gato " cazador, había regresado a casa con el zurrón vacío y algún cartucho menos de los que colocó en la canana al levantarse de la cama.

En la zona donde está mi huerto y, subiendo hacia la montaña, hay una zona que es coto de caza : liebres, palomas y conejos.

A un cazador que me encontré en la época de " veda abierta " le pregunté por la expresión " quedarse bolo " y riendo me soltó: " Mire usted, yo llevo tres palomas en el gancho. No me he quedado bolo ".

El cazador me dijo que era manchego, de un pueblo de Albacete.


Foto  Google.com

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