sábado, 15 de septiembre de 2018


UN HUECO EN LOS CAMPANARIOS





Estos días he seguido la carrera ciclista, la Vuelta a España.
Mi afición a la bicicleta me viene de mis años como profesor en Vizcaya.
En aquellos años tuve la suerte de conocer a muchos ciclistas del equipo KAS. Entre esos ciclistas se encontraba Uriona, fallecido en un trágico accidente. Un día el blog le dedicará un recuerdo.
Además de admirar los esfuerzos de los " esforzados de la ruta "  me he maravillado con los paisajes y los monumentos de los pueblos y ciudades por donde ha transcurrido la Vuelta.
Ha habido " algo " que ha llamado mi atención. La cantidad de campanarios a los que les falta la campana " chica ".
Al campanario de Cereceda le faltaba la campana chica.
Una mañana Arístides, vecino de la Plaza, me " desafió " con estas palabras  " a que no eres capaz de poner una campana chica. Yo pongo un dinero y mis amigos y quintos ponen cada uno una cantidad. "
Arístides sabe muy bien que los " gatos " somos muy cabezotas.
Yo me sonreí y pensé que era un hermoso proyecto. Pero aquella misma mañana ya había reunido una cantidad de dinero para empezar a soñar en la campana chica.
Una ayuda que Serafín había dejado para ese proyecto, la colaboración de Arístides y sus amigos, el empeño de otras personas y mi afición " de campanero " se transformaron en La Tachuela.
La Tachuela, bautizada con ese nombre en homenaje al tío Chan y a Serafín, luce preciosa con sus 82 kilos en el hueco del campanario de Cereceda.

 Foto  campanarioserrano.blogspot.com.es

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