AUNQUE VEAS EL SOL DE MAYO, no te quites el sayo
El sayo es la vestimenta que representa el invierno, la época del frío y de la nieve y de los hielos.
Este refrán era muy conocido en Cereceda porque algunos años la nieve aparecía en lo alto de la Peña en los primeros días del mes de mayo y duraba hasta San Isidro, por lo menos.
En el mes de mayo todavía se encendían las lumbres en el pueblo al regresar los muchachos de la escuela, y antes de que te " mandasen " a buscar agua a la fuente con las cántaras o el barril.
En el mes de mayo, los muchachos íbamos a escardar los trigos y a recoger yerbas en las lindes con las que alimentar los marranos, pues los cuartos de las patatas estaban vacíos tras la siembra de los linares, y las paneras carecían de atractivo hasta para los ratones que habitaban los sobraos.
El mes de mayo era un mes de " transición " en la vida de Cereceda.
Se habían sembrado las patatas y todavía no había trabajo de siega ni en los praos con la guadaña ni en las tierras con la hoz.
Nos dedicábamos a buscar nidos de perdiz por la Ladera o por los Robles Altos.
Hasta la llegada de San José - el 19 de marzo - , las cabras y las ovejas dormían en los corrales y en mayo dormían " a cielo abierto ", y los praos y la dehesa estaban " guardados " para la yerba.
Algún linar, adelantado, nos ofrecía algo de trabajo con la " zacha " de las patatas o con " acogumbrarlas ", si el año venía " tempranero " y poco lluvioso.
Y, al atardecer, acudíamos al rosario con jerseys y algo de frío, que aguantábamos jugando a " pillar " alrededor de la iglesia.
Buen mes para los montones de raíces que quedaban en el corral.
Había que vaciar las leñeras para llenarlas otra vez en setiembre.
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