¡ MENUDA DIVERSIÓN !
Mis recuerdos y los de todos los " gatines " se refieren a las calles de barro del pueblo.
Solamente la nieve las transformaba en una capa blanca que, al momento, se volvía negra, por el pisar de los " gatos ", calle arriba y calle abajo, de camino a los corrales.
Esas calles llenas de barro y de " charcos " eran la principal diversión del otoño y del invierno y de la primavera.
Cuando llegaron al pueblo las botas katiuskas, nuestra alegría aumentó.
Ahora podíamos pisar por todos los charcos sin que madres y abuelas te amenazaran con todos los " males " del mundo.
El barro las cambiaba de color, pero un buen chapuzón en la primera " piscina " de la calle, las transformaba en unas botas brillantes.
A los gatos " viejos " les gustaban más las albarcas.
A don Lamberto, el maestro de la Escuela Unitaria de Niños del pueblo, le parecían bien, siempre que las estufas " unipersonales " no las calentasen porque el olor y el miedo a que nos quemásemos los pies, le asustaban.
Unos recuerdos que hoy los niños de Cereceda no pueden gozar.
Las calles son de hormigón y los niños de la Escuela Unitaria hace muchos años - desde 1982 - que no van a la Escuela.
Foto pinterest
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