TRUENOS EN MAYO, quitan vino y dan grano

Las tormentas del mes de mayo eran bien recibidas en Cereceda.

En cambio eran dañinas para los pueblos del alto de Arroyomuerto hacia la Sierra.

En Arroyomuerto - hoy denominado San Miguel del Robledo por hallarse en un robledo o robledal la iglesia parroquial - no había ni trigales ni viñedos.

A sus vecinos les daban igual las tormentas de mayo.

En nuestro pueblo - pueblo de campos de trigo - las tormentas " regaban las tierras " y el cereal aumentaba su tamaño proporcionando más bálago, más paja.

Las espigas estaban verdes y la lluvia, incluso si era fuerte, no las dañaba.

La cosecha de uvas no peligraba porque no existía.

Cereceda nunca fué pueblo de viñedos como lo era la comarca de la Sierra.

Las " gatas " pedían al Cielo y a la Virgen de la Peña que las tormentas desaparecieran hasta el 8 de Setiembre, la Fiesta de la Virgen, pues se preveía terminada la labor de las Eras en esa fecha.

Junio y julio y agosto eran los meses en los que las tormentas " esbarataban " las cosechas de trigo y de cebada, además de " esbaratar " el heno - la hierba verde aguadañada y secada - de los praos.

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