jueves, 14 de octubre de 2021

 UN BARREÑÓN y dos herradas





La foto es una estampa preciosa de la Cereceda anterior a la llegada del agua a las casas del pueblo.

Yo fuí, en más de una ocasión, acompañando a mi tía Floripe camino de los lavaderos del Puente Cantería porque tenía que llevar " la carga de ropa de los lunes."

Lo que me maravillaba era el barreñón de la cabeza. Una de las herradas solía llevar  agua caliente en invierno y la ropa de lana en verano.

- Los calcetines y los jerseys se llevan en la herrada de la mano derecha. Los pantalones van en la mano izquierda. Las sábanas en el barreñón de la cabeza, decía mi tía.

Para ir a lavar al río algunas mujeres tenían que recorrer doscientos o trescientos metros. Era siempre una distancia grande pero era cuesta abajo. Tanto el río Chico para quienes lavaban en el Periquito, como el río Yeltes para las mujeres que iban al Puente Cantería, estaban en lo hondo del pueblo.

Si la bajada era complicada con tanto peso, la subida era más difícil. Por esa razón, las mujeres tendían la ropa al sol en las paredes de los huertos o de los praos y procuraban que " a la tarde " la ropa estuviera seca y pesara menos.

Alguna tarde se podía encontrar ayuda en los hijos o en las hijas que, a la salida de la escuela a las cinco de la tarde, acompañaban a la madre " a buscar la ropa al río.".

Un día llegó el agua corriente y las lavadoras del " relojero de Tamames " y aquella hermosa estampa de las mozas con un barreñón y dos herradas desapareció para siempre del Chapatal y de la Esquina.

Foto pinterest.es





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