lunes, 14 de febrero de 2022

 LOS GATOS ODIAN EL AGUA 





Según una teoría muy antigua , los gatos odian el agua porque su origen se sitúa en las regiones desérticas de Oriente Medio.

Si ellos aparecieron en desierto es " normal " que no les guste bañarse porque, de pequeños, sus madres no los bañaban.

Recuerdo que mi madre y mi abuela tenían una frase muy especial para referirse a mis lavados de cara en el invierno, cuando el agua del pozo era puro carámbano: " te lavas la cara como los gatos."

Entonces era un poco raro que mi madre y mi abuela  y las mujeres del pueblo llamaron " gatines " a su prole, pero bien podían haberlo hecho puesto que nuestros lavados de cara para ir a la escuela eran del estilo del lavado de cara de los gatos.





Aunque las noches heladoras de Cereceda nos permitían lavarnos a la mañana siguiente con el agua de la palangana caliente porque mi madre metía las tenazas de la cocina, al rojo vivo, para que la " herrumbre " que desprendían protegiese nuestros ojos, " pegados por las lagañas " del brillo del sol sobre la nieve y el hielo.

Los domingos por la mañana procuraba huir de casa de mi abuela, donde había dormido el sábado por la noche, por la plaza a mi casa en la calle Larga. Mi abuela tenía la " sana " costumbre de meterme la cabeza en una barreña de agua, que ella decía caliente, pero yo siempre consideré bastante fría.





Quizás fuera nuestro miedo a lavarnos con el agua fría, lo que llevó a nuestras abuelas a llamarnos " gatinos " y " gatinas."

Ahí tienen otra razón por la que a los habitantes de Cereceda nos denominan " gatos " y " gatas ".


Fotos  google.com

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