sábado, 22 de octubre de 2022

 DE ESPALDAS A LA PUESTA EL SOL



Mi abuelo Matías decía que los viejos que miran mucho a la puesta el sol en otoño, no llegan a la primavera.

Para las gentes de los pueblos el camino que recorre el sol tiene siempre significados.

Les gusta que la iglesia del pueblo esté situada en lo alto y que la cabecera se dirija hacia el Oriente, la salida el sol.

De esa forma la puerta de entrada al templo estará orientada a la puesta el sol, al Occidente.

Ya he contado que, cuando yo dormía en el campo al cuidado de las vacas durante el final del verano, mi padre me daba siempre dos consejos : colocar la cabecera más alta que los pies aunque fuese mediante un brazado de yerba seca, y dormir mirando a la salida el sol. 

De esa forma los primeros rayos me daban en la cara y me despertaban para sacar las vacas a comer por las orillas del río Yeltes. En esos años ni mi padre ni yo teníamos reloj y nuestra vida se regía por el horario solar de verano.

El tío Pedro, el " gato " más viejo del pueblo, va girando con su silla : a la mañana se coloca de espaldas a la salida el sol; al mediodía se coloca mirando a la Plaza y su sombra se sitúa bajo la silla ; al atardecer se coloca siempre, sin olvidarlo nunca, de espaldas a la puesta el sol.

Él sabe también lo que decía mi abuelo y que él había aprendido viendo a los " gatos "  viejos y a las " gatas " viejas que se sentaban en el Altozano : " el viejo que en otoño mira mucho a la puesta el sol buscando el calor de la tarde, no llega a la primavera ".


Foto  pinterest.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario