sábado, 8 de octubre de 2022

 LA MANO QUE SOSTIENE LA CABEZA






- Cuando me siento en tu machadero, la cabeza se me va p´alante y tengo que sostenerla con la mano derecha, me dijo muchas veces la señora Encarna, a quien le agradaba pararse a charlar conmigo, mejor, a contarme cosas cuando desde la casa del su Orlando se iba a su casa en la Esquina.

A mi tía Inés la invité muchas veces a sentarse en el machadero - un lugar muy concurrido los domingos a la espera de que el cura tocara " las todas " para entrar en misa - al volver a su casa de tender la ropa en las cuerdas que teníamos a la trasera de mi casa. Ella se sentaba inclinada hacia adelante y apoyaba la cabeza en su mano derecha o en su mano izquierda.

- Tía, échese para atrás contra la pared y las manos en las rodillas, le pedía yo.

Ella se sonreía y me contestaba " con los años la cabeza camina un trozo por delante del cuerpo. Me cuesta mucho enderezarme cuando estoy sentada. ¡ Con lo buena moza que yo fuí !.

Cuando decía esa exclamación, yo sabía que se iba a levantar apoyada en el palo que sostenía en una mano porque la otra la tenía ocupada con el pequeño barreñón en el que había llevado la ropa a tender.

- Me voy, que tu tío ya está medio dormido leyendo el periódico en el corral.

Y paso a paso, se iba camino de su casa para despertar a su marido y entrar a la cocina a comer.

Tras la comida, apoyaría el codo en la camilla, y la cabeza en la mano, y, así, en esa postura, echaría una " cabezadita ".


Foto  pinterest.es

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