domingo, 23 de octubre de 2022

 CEBOLLAS Y MAÍZ




Para una persona como yo que soy alérgico a la cebolla - también al ajo - la foto es una " tentación " .

Tres manojos -  así le decimos en Cereceda a las cebollas arrancadas con las porretas y colgadas al sol o en la despensa -  de cebollas y un manojo de mazorcas de maíz.

Cuando llegaba el día de arrancar las cebollas podía ocurrir que las porretas ya estuvieran secas y no se pudiera hacer una trenza con ellas. Entonces se cogía una cuerda de las que había siempre muchas atadas a un trozo de barda metida en un agujero de la pared del corral, y se ataban en un manojo.

Mi madre se quejaba de esa forma de mantener las cebollas, " porque no les entra el aire y, como se pudra una por algún golpe que le hayáis dao con la azá al arrancarlas, se pudrirán todas ".

Por esa razón, mi padre les quitaba las porretas secas y las echaba en un cesto. Al llegar a casa las tendía en el sobrao sobre las tablas del " doble " para que se secaran y duraran, por lo menos, hasta la matanza.

Yo me divertía cuando las veía rodar por las tablas del sobrao pues los gatos jugaban con ellas, pero le decía a mi madre que no se preocupara " las cebollas no las comen ni los gatos ni los ratones."

Las piñas de maíz o de millo las colgábamos en la despensa, aunque a mí me gustaba que mi padre las colgara en la claraboya de la cocina.

Muchos años sembrábamos " maíz de palomitas " y, si estaban en la cocina, se secaban enseguida y podíamos hacer palomitas con azúcar.

El maíz se lo echaba mi madre a los garrapos chicos, ablandado y mezclado con salvao. Nunca recuerdo que lo molieran para hacer harina.

Tampoco recuerdo que las cebollas fueran de colores. El cebollino lo comprábamos en Tamames algún martes de los que íbamos a la feria.

¡ Cebollas y maíz colgadas de una ventana del sobrao !.

Foto  pinterest.es


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