lunes, 17 de octubre de 2022

 LA VENDIMIA EN LA CABEZA







Mi padre tenía un amigo en las Casas ( las Casas del Conde ) que me contaba, cuando yo era " chico ", que alguno de los muchos " paredones " que él tenía eran tan pequeños que " la mañana que voy a vendimiarlo llevo una cesta para traer los racimos de la única viña que tengo sembrada allí ".

Yo me reía y le decía a mi padre que " tener un huerto en el que sólo cabe una viña es mentira ". 

En cualquier huerto de Cereceda cabían una docena de patateras.

Luego me enteré, cuando comencé a ir a buscar vino con mi amiga " la burra que sabía latín " que era cierto porque una buena viña necesita mucho espacio para extender sus raíces y sus pámpanos llenos de racimos.

- Amigo Cándido, le decía a mi padre, mi mujer se trae toda la cosecha de esa finca en una cesta a la cabeza.

Además hasta ese paredón no podían llegar ni los mulos porque estaba pegado al río Francia y el camino era estrecho y lleno de cantos rodados.

Hoy muchos de esos pequeños paredones están abandonados y en otros hay tres cerezos, que son una hermosura cuando se " cargan " de flores y que se puede traer la cosecha en varias cestas al hombro o a la cabeza.


Foto  pinterest.es

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