sábado, 14 de septiembre de 2024

 EL NIÑO Y CHARLOT





- Mire usted, señor Charlot, aquel gamberro fué quien le robó a usted la cayá.

Charles Chaplin, Charlot, no es nadie sin su bastón, al que el niño ha llamado cayá.

Ese niño debe ser hijo de " gatos " porque con ese nombre se conoce el bastón de Charlot en Cereceda.

La solución del cómico ha sido la misma que la que tenía Don Antonio, el párroco de Cereceda cuando yo era niño y monaguillo: Meterse las manos en los bolsillos y esperar.

Cuando a Don Antonio lo enfadaba alguna persona, se metía las manos en los bolsillos de la sotana y nos decía a los monaguillos " Paciencia que el señor Afrodisio no es mala persona, sólo que tiene un pronto que hasta al párroco le cuesta aguantarlo ".

A mí me gustaba meter las dos manos en los bolsillos del pantalón corto - un pantalón hecho con los pantalones viejos de mi padre - y esperar que a Don Lamberto, el Maestro de la Escuela Unitaria de Niños de Cereceda, se le pasara el enfado y me dejara salir a las doce de la clase de la mañana, que se terminaba a la una y media, porque tenía que ir hasta Valdecarros a llevarle la comida a mi padre.

Los niños de hoy no saben " meter las manos en los bolsillos del pantalón " cuando " está cayendo algún chaparrón materno o paterno o de la vecina por alguna " fechoría " cometida  sin darse cuenta ".

Bella imagen la de Charlot con las manos en los bolsillos del pantalón y la del niño señalando con el dedo al " ladrón de bastones ".


Foto  pinterest.es

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