jueves, 19 de septiembre de 2024

 ZARZAS ROZADAS y portillos levantados, el dueño ha cambiado


En los años de la emigración, muchos vecinos abandonaros los praos y los cercaos y los linares para marchar a otras zonas de España o al extranjero.

Algunos regresaron al verano siguiente para vender sus propiedades - casa, corral, prados, cercaos, linares, huertos y tierras - lo que en Cereceda se llamaba " el capital ".







Otros emigrantes pasaron años sin tener noticias de ellos y, mientras tanto, las paredes de sus fincas se fueron " derrumbando y las zarzas ocuparon el lugar de patatas o remolachas o berzas.

Daba pena ver las fincas abandonadas en las que cabras y ovejas y corzos penetraban por cualquier lugar sin necesidad de abrir la portera.

Las paredes de esas fincas estaban hechas de piedras sin argamasa y, cuando se caía una cobertera, siempre se hacía un portillo.






Así nacieron en Cereceda las zarzas y los portillos en las propiedades con dueño pero sin su presencia.

Un día ese dueño volvió al pueblo y " malvendió " su hacienda, casi siempre heredada de sus padres.

El nuevo dueño hacía rápidamente suyo el dicho " gatuno ".

- " Zarzas rozadas y portillos levantados, el dueño ha cambiado ", se escuchaba en la taberna.


Fotos  Google.com

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