domingo, 10 de enero de 2016

EL CUADRO DE VELAZQUEZ

Velázquez pintó el cuadro titulado " San Antonio abad y san Pablo ermitaño " el año 1.634 y actualmente se conserva en el Museo del Prado en Madrid.
Refleja la leyenda en la que se relata que San Antonio abad, retirado como eremita en el desierto, tuvo un sueño en el que se le contaba que otra persona le había precedido en su idea de vivir en el desierto.
En su búsqueda fué guiado por un centauro y un fauno representados en el cuadro. ( El centauro es un monstruo fabuloso de la mitología griega, mitad hombre y mitad caballo. El fauno es un semidiós romano con cuerpo de macho cabrío.)
Localizada la cueva, San Antonio abad llamó a la puerta y fuév recibido por San Pablo, y a la hora de la comida apareció el cuervo con una hogaza de pan. Cada día el cuervo traía a San Pablo medio pan.
Tras la comisa San Antonio emprendió el viaje de vuelta y observó que unos ángeles transportaban el alma de San Pablo, por lo que regresó a la cueva y encontró a San Pablo muerto.
En el cuadro se le representa arrodillado rezando.
Incapaz de cavar una sepultua, vió cómo dos leones le estaban excavando.
Esta escena de los dos leones está representada en el lado izquierdo del cuadro.
Es un cuadro con varias escenas, si bien la central es San Pablo con un ropaje blanco y sentado recibiendo al cuervo que llega con un pan, y San Antonio Abad con vestidura negra.
Este cuadro recoge toda " Leyenda Dorada" que escribió el Beato Santiago de la Vorágine.
Este cuadro fué encargado a Velázquez para decorar la ermita ded San Pablo en los jardines del Buen Retiro de Madrid.
Este cuadro pueden verlo en el Libro de las Fiestas del año 2.011. El primer Libro de Fiestas de Cereceda.
Muchas gracias a todas las personas que guardan con un cariño especial los cinco Libros de Fiestas, pues en ellos está escrita una parte de la historia nuestro pueblo.
La fiesta de San Antonio Abad se celebra el día 17 de Enero y en Madrid son famosos " los panecillos de San Antón ", que venden las pastelerías madrileñas.
Yo propuse hace algunos años que en Cereceda se bendijeran en la Misa del día de San Pablo medios panecillos, que luego se regalasen a los feligreses junto con dos dátiles, el fruto de la palmera, a la finalización del ofertorio.
En un Salmo dedicado aSan Pablo que me cantó la Señora Encarna decía :
               " A San Pablo el ermitaño
                  que en la cueva residía
                  una palmera regala
                  dos dátiles cada día "

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