domingo, 9 de enero de 2022

 " NOCHE DE LUNA Y DE YELO "




Estas fechas. próximas a la Navidad y al Año Nuevo, mostraban en Cereceda una Luna preciosa que iluminaba campos y caminos.

La luz de la Luna se reflejaba en la nieve helada que brillaba como un cristal.

Las cabras llegaban en cuanto se escondía el sol. Era la hora de contarlas y de buscar por los corrales de otros vecinos la cabra Mocha.

Mi padre hacía rato que había apagado el farol porque la luz de la Luna iluminaba nuestro caminar a la búsqueda de la cabra Mocha que faltaba y que mi padre decía " que seguro que se ha quedao a parir ".

El farol en una mano y la cayá en la otra eran los compañeros de mi padre, pero los míos, que me gustaba salir con él a buscar mi cabra favorita, eran el miedo y la oración de San Antonio.

Mi padre me decía que no pisara por la nieve porque se estaba helando. Había que pisar por las piedras o por los caballones del camino.

Nunca tuvimos que llegar al Valle Trigal porque al comenzar las matas de la sierra, la cabra se había echado entre las bardas y allí estaba con la chivina o el chivino.

Mi padre traía la cría " colgando " por las manos mientras yo animaba a la cabra Mocha. La llamábamos así porque se le rompió un cuerno cuando era chiva.

Mi padre hacía rato que había apagado el farol porque la luz de la Luna iluminaba nuestro caminar en la vuelta al pueblo.

-Esta noche va a caer una helada que mañana hasta el río estará helado, le decía yo a mi padre que caminaba deprisa en silencio.

- Tu madre estará impaciente esperando que lleguemos a casa con la cabra y el cabrito pa cenar.

- Pero mañana D. Antonio me reñirá porque hoy no he ido al rosario.

- Ya le diré yo que tuvimos que ir a buscar una cabra que se había quedao pa la sierra porque había parido.

El ir al rosario era una " obligación " que solamente se podía incumplir si había alguna cabra que se había quedado a parir antes de llegar al pueblo.

Foto  pinterest.es


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