sábado, 7 de octubre de 2023

CINCO EN UNA BURRA






Algunos " gatos " y más de una " gata " aprovecharán la foto para contar a sus " nietines " aventuras de antaño.

- Con un " cacho " soga que tu abuelo tenía en el corral colgá de un mango de azada que se había roto, nos íbamos las mis amigas y yo al Majadal. Cogíamos la burra, que el mi abuelo llamaba Sultana y que la había comprao a un gitano de la recua que bajaba a la Feria de Ciudad Rodrigo y, " a pelo ", sin albarda, nos montábamos toos los que cabíamos. Cuatro o cinco o seis. Las mayores se subían las últimas y las pequeñas nos poníamos alante. La tu tía Ina se ponía siempre la primera porque no le daba miedo subirse en la burra. La mi abuela la llamaba " machirulo " y los muchachos la animaban a presentarse a las carreras de burros que había por la Fiesta de la Virgen, el día 8 de setiembre.

Dar un paseo en burra desde el Majadal hasta el corral era una de las " mejores " diversiones que había en Cereceda en mis años infantiles.

 Salíamos siempre por la Callejina a la carretera de la Poza y había que llegar al corral sin pasar por la Plaza porque los muchachos mayores le picaban a la burra con un palo y podíamos llegar a casa con algún brazo averiado. 

- No nos importaba porque al día siguiente presumíamos en la escuela de nuestro brazo en cabestrillo, con el pañuelo de la mi abuela pasao por el hombro y por detrás de la cabeza.

Yo tengo en el labio inferior de la boca la señal de algún viaje en burra y de alguna carrera dominical de burras desde El Regajo hasta el Puente Cantería con el peligro de la bajada del Tumbadero en el camino Zarzoso.


Foto  pozocanada.blogspot.com

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