viernes, 27 de octubre de 2023

 SOÑAR CON UN DISFRAZ






" Hay que guardar siempre un poquito de realidad para aquellos sueños imposibles "


Siempre me gustó disfrazarme.

En mis años " colegiales " pude disfrazarme alguna Navidad como pastorcillo y como hombre del campo con gorra y cayá.

En las fiestas de Carnaval también me disfracé en mis primeros años como " Maestro de Escuela ".

La vida en la ciudad me proporcionó algunos disfraces.

Recuerdo tres disfraces con un gran cariño:

. Un año fuí el rey Melchor para la gente menuda de un colegio. Leí un discurso y repartí juguetes sin ser reconocido por ningún alumno ni por ninguna alumna. Mi capa dorada y mi barba " melchariega " supieron disimular mi exterior y un cambio en mi tono de voz y el " adivinar " los nombres de la " gente menuda " nombre hicieron el resto.

.  Otro año con traje de moro " muchamelero " - me lo prestó un amigo de Muchamiel ( Alicante ) - fuí el paje del rey mago Baltasar. Repartí regalos a muchas personas porque " mi " Rey repartía sonrisas y promesas " a tutiplén " en idiomas que él se inventaba.

. Mi mejor disfraz me convirtió en Papá Noel repartidor de caramelos y " chuches " en el centro educativo en el que impartía las clases de Lengua Castellana. Todas las palabras que pronuncié fueron en francés o en inglés o en valenciano. Quizás, por utilizar esos idiomas, no fuí reconocido " como el profesor de castellano ".

Quise ser payaso y arlequín y bombero pero la ocasión de disfrazarme y convertirme en esos personajes, nunca se presentó.


Foto   pinterest.es


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