LA CESTA DE MANZANILLA descansa sobre la vieja silla

La señora " gata " dejó la vieja silla en medio del huerto porque " estorbaba en la cocina ".

Esta mañana ha madrugado para acudir, antes de salir el sol, a recoger una " maná " de manzanilla por la zona de la Monte la Rade y de Pataloso.

- " Es la mejor manzanilla de todo el pueblo ", me dijo don Juan el médico.

Y, ante mi sorpresa añadió " yo recogía tres manás bien temprano : una para mi suegra, otra para don Juan, y la tercera para mí ".

Hoy, a la señora " gata " se le ha olvidado su maná encima de la silla vieja, que el su marido tuvo que arreglarla en varias ocasiones porque ella tenía la costumbre de colocar algún tiesto encima durante la primavera y el verano.

Aquella silla, junto con otras tres más que acabaron en la lumbre, se las regaló la su madre el día que se fueron a vivir a la calle Las Escuelas.

Era uno de los pocos recuerdos que guardaba de aquellos primeros años de matrimonio en el pueblo

Luego, como casi todos los matrimonios jóvenes, dejaron el pueblo y se fueron a Suiza.

- Lo que más recuerdo de Suiza es el frío que hacía.

 Menos mal que yo trabajaba en un hotel limpiando las habitaciones y había buena calefacción, pero el mi Sabino trabajaba en un almacén de frutas, descargando camiones que llegaban de España.

Con cada camión me entraban los " ansiones " de volver al pueblo, cuando el mi marido me lo contaba.

Sabino tenía " buenas uñas " y pronto se colocó a trabajar en el hotel. Hacía lo que hiciera falta y ya no pasaba frío.

Esta mañana he ido a recoger manzanilla y toda la que he recogido está en la cestilla.

Mis años de recogedora están perdidos en mi memoria, y con ellos se han ido mi juventud, mis amigas y, hace unos años, se marchó también don Juan, el médico del pueblo.

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