jueves, 18 de julio de 2024

 DICE EL TRIGO AL SEMBRADOR: con un grano o con dos en julio estoy con vos.





Esas palabras se escuchaban en los portales de las casas en el mes de la sementera.

Hay que tirar el trigo en las tierras porque " quien no siembra, ya tiene hecha la siega " te decían las señoras " gatas ".

Las nieves del invierno y las lluvias de la primavera se encargaban de transformar cada grano de trigo en una espiga.

Ese fué siempre, antaño y hasta casi hogaño, el sueño de todos los labradores de Cereceda.

La llegada de julio, con la siega y la acarrea y la trilla, le permitía al labrador escuchar de nuevo las palabras del grano de trigo y comprobar si la promesa del grano en la sementera se había cumplido.

Ese misterio y milagro y maravilla de la madre Naturaleza se producía cada año.

A ningún " gato " se le ocurrió contar los granos que tiraba en cada tierra y los granos que recogía.

En Cereceda se sembraba por fanegas y se recogía la cosecha medida en fanegas.

La fanega era la medida " oficial " de los labradores.

Aunque la venta en la Panera oficial se hacía en kilos y el precio de venta se fijaba cada año en pesetas el kilo de trigo.

Hoy ha desaparecido la Panera y las tierras están llenas de encinas.

- ¿ Qué comeremos si no sembramos trigo ?, se preguntaban las señoras " gatas ".

- El pan que compremos en casa Flores o el que nos venda el panadero de La Puebla, respondían los viejos " gatos " labradores.


Foto  Google.com

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