LAS CHICHAS

Es el nombre de las carnes de los cerdos con las que se hacen los chorizos. Estas carnes han pasado por la máquina de picar. Después han sido adobadas.
En la Cereceda de mi niñez, en la que la matanza era una fiesta familiar, cada día de la matanza tenía su " ritual."
El segundo día de la matanza era el día de los chorizos y de los lomos.Ese día era el día de las mujeres y de algún hombre que se encargaba de " dar a la máquina de hacer los chorizos."
El segundo día de la matanza la " gente menuda " íbamos a la escuela. Ya habíamos faltado el primer día de matanza porque el " chamuscar los marranos con  gelechos " era para nosotros el acontecimiento más importante de la matanza. Para las niñas lo era " el ir a lavar las tripas al río " aunque el frío, el hielo y, a veces la nieve, les quitaba las ganas de acompañar a sus madres, a sus tías y a sus vecinas
La cena del segundo día de la matanza era la ocasión para invitar al pastor y al cabrero a cenar en casa.
Mi familia ponía alubias blancas, de la cosecha del verano, de primer plato. Mi madre les añadía un poco de yerbabuena muy picada que les daba un sabor especial.
El segundo plato eran chichas. Se apartaba un puñado de la artesa donde estaban preparadas para hacer los chorizos y, como hacía mucho frío y no se necesitaban frigoríficos, se ponían en una fuente a la espera de la llegada de la hora de la cena.
Una vez guardados los animales  en los corrales y acabada la faena de " meter los lomos en las tripas " se " aguardaba " la llegada de los dos personajes importantes de la cena : el cabrero y el pastor.
La cabeza de un lomo cortada en rodajas y frita a la lumbre con aceite de la Sierra o de las Hurdes, era el complemento del plato de chichas.
Las uvas de la sala, las peras del trigo, las nueces y las castañas que dormían en el " sobrao, " eran el postre de ese " convite "
Recuerdo algún año que mi abuela Fausta nos hizo natillas para los nietos. Unas natillas espesas, casi como un flan.
Aquella cena del segundo día de la matanza era el acontecimiento más importante en las frías noches del invierno de Cereceda.

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