viernes, 17 de septiembre de 2021

 AL GUSTO DEL AMO SE HIERRA EL CABALLO





Es un refrán que mi madre repetía varias veces cuando tenía que guisar en la taberna alguna invitación.

Alguien compraba un cabrito o un cordero y se lo llevaba a la taberna para que lo guisara para una cena de amigos e invitados.

Mi madre siempre hablaba con el que encargaba la cena y le preguntaba sobre sus gustos antes de guisar la carne : Si quiere con ajo o sin él, si quiere frito o asado, si quiere con mucha o poca aceite, si quiere entero o en trozos, si mucho o poco " hecho ".

Mi amigo Luís el herrero del pueblo, me contaba que él era especialista en herrar vacas y que tuvo que aprender a poner herraduras a las caballerías. Porque en Cilleros había algunas caballerías y él era también el herrero de Cilleros. Los vecinos de ese pueblo le bajaban el ganado a su potro para que los herrase.

- Tuve que aprender a hacer callos para caballerías y hacer clavos, y aprender a colocarlos. Además cada uno de los cuatro es distinto a los otros. Para las vacas los hacía de tres tamaños pero todos del mismo estilo, y los clavos todos iguales.

El refrán se hacía realidad también con los músicos en las Fiestas. " Se tocaban los bailes que le gustaban a los mozos de cada pueblo, " que eran quienes nos mantenían y nos pagaban, " me dijeron los componentes de las orquestas de hace años, y " algo parecido " me decían los músicos de las orquestas modernas que iban en verano a Cereceda.

Foto  google.com



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