domingo, 12 de marzo de 2023

 EL ARTE DE LA PACIENCIA








Son las palabras con las que un amigo pescador define su " entretenimiento " nocturno de los sábados.

Cuando llega el buen tiempo - y eso ocurre en Alicante con la llegada del mes de marzo - mi amigo se dirige cada sábado a la orilla del mar con sus cañas - puede montar y vigilar cuatro cañas - un cubo de plástico para transportar hasta su piso el " posible " premio de una noche en vela, un bocadillo y alguna prenda de abrigo.

Olvidaba que mi amigo dice que lo que más lleva son ilusión y paciencia.

Algún domingo regresó a casa con alguna dorada o alguna lubina de las que se escapan del criadero que hay emplazado en el mar Mediterráneo a un kilómetro de la costa.

Yo le he contado cómo era la pesca en mi pueblo cuando las aguas del río Yeltes bajaban limpias, transparentes y bebibles.

Yo tenía un método de pesca que consistía en meter la mano en los agujeros de las paredes de los praos que estaban en las orillas del río.

Un poco de suerte, un mucho de " maña " y un nada de miedo a las culebras, podían acarrear una docena de barbos.

El otro método era el del trasmallo o la red con la que cogíamos " todo lo que hubiera en un caozo " y, una vez echado en un cesto de las patatas, hacíamos la seleccion y lanzábamos al agua aquello que mi tío Horacio llamaba " morralla ".

Para este tipo de pesca hacían falta al menos dos pescadores, aunque muchas veces eran tres, cuatro y hasta cinco, dirigidos siempre por un " gato " mayor.

En la pesca " gatuna " hacía falta tiempo y suerte. La paciencia sobraba.


Foto  Google.com

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