miércoles, 8 de marzo de 2023

 " ¿ Y SI BAJAN . . .  ?









Yo no tengo churros ni vacas, pero me interesa, como ganadero hace muchos años, el precio de los churros, que es el nombre que " damos " en Cereceda a los terneros.

Los churros los vendíamos en el ferial de Tamames.

Las churras eran " cuenta aparte ". Siempre se podían quedar en casa, convertirse en novillas y criarlas a cambio de vender una vaca vieja.

En aquellos años - 1945 hasta 1955 - eran muy escasos los animales que se vendían en el pueblo.

- Preferíamos llevarlos a Tamames y venderlos en la feria porque allí había muchos chalanes comprando y siempre valían más que en el corral.

- Pero te ahorrabas el paseo con pérdida de kilos y los gastos de la guía del veterinario, el punto y la báscula.

- Además, si no los vendías y tenías que volverlos al corral, había que echarles pienso otros quince días, y volver a Tamames.

Yo recuerdo que a mi madre le disgustaba que volviéramos con el churro al corral.

- Es mejor vender aunque haya que perder dinero que traerlo otra vez pa casa, decía.

Hoy, mientras sigo las noticias por los periódicos de Salamanca, me vienen a la memoria algunas expresiones de las " gatas ", que controlaban el dinero pero que nunca atendían los churros: " Y, ¿ si después bajan . . . ?.

- Nunca se sabe lo que va a pasar, sentenciaba mi padre, amigo de muchos chalanes de Guijuelo o de Béjar o de Ciudad Rodrigo o de Zamora.

 A mi padre no le gustaban los chalanes de Salamanca ni de Valladolid ni de Madrid, porque " ésos saben demasiao ", decía tras la barra de la taberna.


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