viernes, 2 de agosto de 2024

 CANSADO DE  . . . 






Me lo encontré sentado en un banco de hierro con " tiras " de madera.

El banco estaba pintado de verde, el color de la esperanza, pero sus esperanzas ya " se perdieron en el tiempo ".

 Sentado en el banco con la pierna izquierda cruzada sobre la pierna derecha.

Los brazos " caídos " y las manos, la una sobre la otra, sin el atrevimiento de juntarse.

Estaba vestido muy elegante, aunque era un miércoles cualquiera de una semana cualquiera.

Me pareció cansado.

Su mirada, escondida tras las gafas, miraba hacia adentro, en lugar de hacerlo hacia afuera pues la vida a su alrededor carecía de interés para él.

Un día con sol pero sin excesivo calor, en el que su cuerpo " añoso " le pedía sentarse al sol.

La gorra se le había olvidado o, quizás, nunca usó gorra ni sombrero.

Le hice una foto con mi móvil sin que él captara mi atrevimiento, aunque es posible que, tras las presentaciones, me hubiera permitido que le hiciera la foto.

Así es la vida en la ciudad.

Mucha soledad como compañera de un hombre solo, en un parque cualquiera.

Ni su nombre ni su edad ni su antigua profesión me interesaban.

Me interesaba su soledad y su mirada al interior de su existencia sin que nadie, ningún viandante, osara hacerle pregunta alguna.


Foto  pinterest.es


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