martes, 27 de agosto de 2024

 LA SIEGA DE ANTAÑO





Dedicado a esos matrimonios que, al llegar el mes de agosto, son acercados a su pueblo, por algún hijo o algún nieto, y se sienten " extraños " en su vieja casa, hoy " remozada ".


Les gusta saludar a los amigos y a los antiguos vecinos, y " acompañar en el sentimiento " a los familiares de aquellas personas que, a lo largo del año, han fallecido.

Al marido le gusta buscar por los agujeros de la pared, de lo que ayer fué corral y hoy es una especie de salón o recibidor de visitas, las hoces de la siega y los dediles de la manija.

Quiere enseñárselos a sus nietos y explicarles cómo se ponían y cómo se segaba y se ataba.




Y enseñarles a hacer un vencejo con pajas de trigo, si encuentra algún vecino que todavía siembre trigo en alguna suerte.

Esta mañana ha madrugado y se ha ido por el camino la Revuelta hasta llegar al río y ninguna suerte tiene rastrojo, señal inequívoca de que en ellas no se han sembrado cereales.

Ha vuelto a su casa - hoy es la casa de una de sus dos hijas - con la pena en el alma " de que todo está perdido, todo está muerto " y se ha llegado a la plaza a despedirse de su amigo Rigo que se vuelve - un año más - al Norte, " a ver si encuentro la Estrella Polar, que eso decía don Atilano en la escuela cuando éramos muchachos ".

Y al mediodía le ha dicho a Joaquina que para otro año no quiere bajar al pueblo " porque ya no hay parvas ni tierras de barbecho ni moras en las zarzas del Tomillar ni me quedan quintos, que todos se han muerto ".


Fotos pinterest.es



 

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