miércoles, 14 de agosto de 2024

 ESPINAS POR EL CAMINO






Sabio consejo.

En la vida es muy fácil ir sembrando el camino de espinas, sin pensar que, a lo mejor, a la vuelta tienes que regresar descalzo.

Quiero recordar con cariño al tío Cesáreo, el amigo de mi padre con  el que fumaba cigarro tras cigarro sentados los dos mirando a la Peña de Francia, por su " afición " a ir quitando todas las piedras sueltas que encontraba por el camino.

Su camino favorito era el que llevaba al Valle Corcovao, donde tenía un prao, al que solía llevar muchas veces las vacas.

Piedra suelta que descansaba en el camino, piedra que él cogía y ponía en la orilla.

Hoy me viene el recuerdo de su hijo Modesto ( qepd ), recientemente fallecido, que en mis últimas peregrinaciones a la Peña en una madrugada agosteña, se dedicó - en recuerdo de su padre - a ir quitando piedras sueltas desde la carretera, donde nace el camino, hasta la fuente de los Frailes.

- Con la de gente que sube por este camino, ya todas las piedras sueltas debieran estar en montones en la orilla, me dijo.

Es cierto que había algunos montones como señal de la subida de muchos peregrinos, pero quedaban piedras " pa dar y tomar ".

Hay que procurar retirar las piedras del camino, al igual que las espinas, porque quizás se nos rompan las zapatillas y tengamos que regresar descalzos.


Foto  pinterest.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario