LA VEJEZ ES UN TIRANO

Algunos de mis amigos son jóvenes, pero la inmensa mayoría son viejos.

La zona en la que está mi huerto, cerca del mar Mediterráneo, está habitada por extranjeros de diferentes países, entre ellos España.

- Nosotros de vivir entre extranjeros, nos volvemos también extranjeros en nuestro país, me dice muchas veces un amigo castellanoviejo, un adjetivo que a mí me gusta y que a él le hace sonreír, pues es una de aquellas provincias que formaban Castilla la Vieja, en mis años de alumno en la Escuela Unitaria de Niños de Cereceda, " regida " por Don Lamberto López Elías.

Esos amigos míos viven desde octubre hasta mayo en España y los otros cuatro meses en sus países de origen.

- Aquí vivo en invierno y allá vivo en verano, me repiten casi a diario mis vecinos.

Yo, que ya he llegado a la edad de la vejez, me río de la frase del escritor francés.

- Un trozo de tocino frito no te mata, me dice mi amigo Manolo, mi médico de cabecera. Otra cosa es que te comas tres trozos, como cuando eras joven en tu pueblo salmantino.

La vejez tiene que ser un tirano para muchos placeres de los que " debiste disfrutar en la juventud " como fumar una buena faria ( una marca de puros españoles ), tras un café " la Guapa " portugués y una copa de aguardiente, porque " cada cosa a su tiempo y los nabos en el tardío " que decía mi abuelo Matías.

    Francis de la Rochefoucault ( 1613 - 1680 ) fué un escritor, político y filósofo francés.

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