miércoles, 14 de septiembre de 2016

LOS ADOBES
Proviene del árabe al-tub, es una pieza hecha de una masa de barro mezclada con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al sol.
La más antigua ciudad de Anatolia, Cantaloyuk del VII milenio antes de Cristo, tenía las casas construídas con adobes.
 En Egipto  se hacían las tumbas, las casas, las fortalezas y los palacios con el limo del río Nilo.
La ciudad de Chan Chan, en Perú, de la cultura chinú es la ciudad de barro más grande de América y la ciudad sagrada de Charal, unos 3000 años a. de C. está construída de adobes.
En España la construcción en adobes es propia de Castilla y León. Estas construcciones se recubren de una capa del mismo material.
La palabra adove, escrita así, aparece por primera vez en el Fuero de Pozuelo de Campos (Valladolid ) en 1139.
Para que los adobes no se agrieten al secar se añade paja, crin de caballo o heno seco..
La relación entre el ancho y el largo del adobe es  1 : 2 y su grosor es de unos 10 cm. Los tamaños suelen  ser  6 x 15 x 60  y 10 x 30 x 60.
Estas construcciones requieren revoques de barro cada poco tiempo o pintura de cal apagada en pasta, y nunca cemento, pues con el cemento el adobe conserva la humedad interior y se deshace.
Este método de construcción permitía a cada familia fabricar el material necesario para levantar su casa.
En Cereceda los adobes se hacían al terminar el verano. Se acudía a la Acebea, a la punta allá de las eras, en la entrada a la dehesa.
Se cavaba la arcilla, se quitaban las raíces, se amasaba el barro con los pies y la azada, se mezclaba con tamo, paja fina, y se echaba en la adobera.
La adobera era un cajón con dos cuadros iguales, porque los adobes se hacían de dos en dos. Se dejaban secar durante 4 o 5 días.
Los adobes se utilizaban para hacer los tabiques interiores de las casas y muchas veces para hacer la pared se separación entre la casa y el corral.
Los adobes permiten que la casa sea más cálida en invierno y más fresca en verano.
En Cereceda había personas que se dedicaban a hacer adobes y a venderlos, al igual que había préstamo de adobes entre los vecinos.
En Castilla hay un refrán que dice : " El labrador mientras descansa está hacienda adobes "  porque se hacían al terminar las faenas de la era y antes de comenzar el trabajo de la sementera.

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