lunes, 25 de febrero de 2019


UNA CANCIÓN DE DESPEDIDA






El domingo acudí a la celebración religiosa a la iglesia de mi barrio.
Es una iglesia de hierro y cristal. Una iglesia moderna. Una iglesia llena de luz y de sol.
La celebración es multicultural . Algunas lecturas se hacen en castellano, inglés y alemán.
Los feligreses son de multitud de países europeos, asiáticos y americanos.
En esas celebraciones cada persona saluda y respeta a quien se sienta a su lado.
Ese día una familia alemana se despedía de la zona, tras pasar en ella los meses del invierno, y regresaba a su país de origen.
La despedida se materializó en el canto del Ave María de Schubert.
Margot Aeller, una señora mayor, hizo una interpretación excelente, maravillosa, llena de emoción.
Yo la he oído en varias ocasiones y a magníficos tenores. Su interpretación - solamente una estrofa - la realizó en latín y en alemán.
El año 2.007 los feligreses de Cereceda pudieron disfrutarla en la misa del día 15 de Agosto, interpretada por una vecina del pueblo, residente con su familia en la Jacera.
La señora Encarna  me contó que, cuando se iban vecinos a América de emigrantes, era costumbre acudir la noche anterior a su puerta a cantarles una canción.
- Recuerdo que cuando se marchó el padre de ....   fuimos a cantarle, y él, que cantaba muy bien, cantó una canción de despedida.
En mis años de maestro en Euzkadi acudí muchas veces a cantar una canción de despedida a los jóvenes que se iban a navegar o de pastores a América.
Siempre me emocionó el " Maitechu mía " que alguna buena voz  cantaba entre pinos y eucaliptus
tras la " agur afaria " ( la cena del adiós ).

NOTA.

El blog publicará un artículo sobre esa canción.


  Foto   www.google.es     Iglesia católica de El Albir Alfaz del Pi. Alicante España.

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