sábado, 4 de enero de 2020


LAS CASAS DE MIS ABUELOS   ( continuación )



Mis recuerdos se inician hacia el año 1.936, con cinco años, en las casas de mis abuelos Ildefonso Marcos Marcos y Pedro Martín Marcos. Mis abuelas se llamaban Bernardina Holgado de la Iglesia y Teresa Marcos de la Iglesia.

En ambas casas la entrada era por el corral y la vivienda estaba al fondo. La cocina tenía una ventana desde la que se podía vigilar todo el espacio destinado a corral. El corral albergaba todos los animales que formaban la base de la vida económica de la familia, junto a los cultivos de cereales, especialmente trigo, cebada y centeno. En muchas familias se unía la producción que se sacaba de los huertos y linares formada por patatas, remolachas forrajeras, berzas y fréjoles. Todas las producciones eran en pequeñas cantidades.

La ventana de la cocina hacia el corral tenía una función muy concreta pues en el corral estaban las vacas, a las que se alimentaba en las pesebreras, que consistían en el tronco de un árbol muy grueso, al que se le habían hecho, a propósito,  unos huecos en forma circular. Las pesebreras medían de dos a tres metros de largas con tres o cuatro huecos para " echar la comida "  a las vacas. Cada vaca se amarraba con una cadena.

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