domingo, 13 de septiembre de 2020

LA PERA DE LA LUZ

En mi niñez era raro que hubiera luz en las alcobas.

En cada alcoba había una cama. Solía ser una cama " todo lo grande que cabe en la alcoba " porque en ella dormían dos miembros de la familia, y, a veces, tres.



Para apagar la luz al acostarse el " cabeza de familia " o la " cabeza de familia " se utilizaba la pera. La pera estaba sujeta al cabecero de la cama con el cable largo que la llevaba desde la bombilla que había en medio de la sala, Como solamente había una pera, era necesario avisar a los padres, si deseabas levantarte por la noche y necesitabas la luz.

Además de la pera, colocada junto a la cabecera de la cama, estaba el interruptor normal que situado junto a la puerta de entrada de la habitación. Cuando se averiaba la pera, era necesario avisar a Manuel el electricista, para que pasara a arreglarla.

Cuando Manuel ( fallecido recientemente y a quien el nº 6 de la Revista PATALOSO dedicará un artículo ) pasaba por mi casa para arreglar la pera, le pedí que me enseñara los " trucos " de la pera para que yo pudiera hacer ese trabajo cuando él no estaba en el pueblo. Fueron las primeras lecciones de electricidad que yo recibí en mi aprendizaje de Formación Profesional. Era complicado porque la luz estaba " conmutada " para encender y apagar desde cualquiera de los dos lugares. Aquellas peras se averiaban muy fácilmente, y, según decía mi padre, eran muy caras. 

Ahora, pasados setenta años, yo tengo una pera para encender y apagar la luz de la mesita de noche, junto a la cama. 

Foto  pinterest.es

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