martes, 23 de abril de 2024

 LA   MORUCHA  QUE  PEGABA






Mi padre compró en el ferial de Tamames una vaca grande, con buenos cuernos y que, además, estaba preñada.

A mi padre le pareció una buena compra.

Se la compró a un hombre que vivía en Abusejo y la había adquirido en una dehesa.

- Esta vaca te da un ternero todos los años y cría muy bien, le dijo a mi padre.

Pronto tuve más información sobre la vaca , a la que enseguida yo bauticé como Morucha.

Era una vaca preciosa y, según los " entendidos " estaba bien de precio e, incluso, era barata.

Pero la Morucha tenía un problema : era una vaca que " pegaba " y el problema aumentaba si tenía que ir a la boyá con las demás vacas y moverse suelta por las calles del pueblo.

Mi padre dijo que el arado y el carro la domarían, y que todas las vacas del pueblo " pegaban " cuando parían.

Hoy leo en lagacetadesalamanca.es :

" La Diputación logra en " Castro Enríquez " moruchas más dóciles que pueden manejarse sin caballo.

" Él ( Paco Grande )  ha visto moruchas recias, sigue viéndolas y ahora trabaja con un amplio lote que son dóciles tanto que puede encerrarlas andando, sin ayuda del caballo, lo que hace unos años era impensable ".

Castro Enríquez es una finca ganadera de la Diputación provincial de Salamanca en la que se crían vacas moruchas y sementales moruchos.

El último semental que hubo en Cereceda procedía de esa finca.

La Morucha fué una vaca " que salió " mu buena " y nunca ocasionó ningún " percance " en el pueblo.


Foto  lagacetadesalamanca.es




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