LA FRAGUA  ( EL CARRO )

El trabajo más difícil e importante del herrero era la construcción del CARRO, y de entre todas sus partes, el hacer las LLANTAS y adaptarlas a las ruedas de madera.
Las llantas eran unas barras de cuatro o cinco metros de longitud, de diez centímetros de ancho y tres centímetros de grueso.
El herrero tenía un banco de madera de gruesas dimensiones en el que estaban fijados tres rodillos de hierro, dos en los extremos a la misma altura y otro en el centro. Para dar la curvatura se metía la barra por encima de los rodillos de los extremos y por debajo del rodillo central. Entre cuatro personas " con fuerza humana " hacían girar la barra en forma de torno hasta conseguir que se juntaran los dos extremos ya en forma circular. Luego se llevaba el aro al FOGON de la fragua para fundir las dos puntas, y sobre la BIGORNIA o yunque, colocado encima de un tronco de madera, se unían " a base de martillazos ".
El paso siguiente era el acople de la llanta a la rueda de madera: Se calentaba el aro, al lado de la POZA, cubriéndolo con cepas de brezo para dilatarlo. La rueda esperaba en una mesa de cuatro patas y con grandes TENAZAS, cuatro hombres lo colocaban sobre la rueda, al tiempo que otros dos vertían agua sobre el aro para evitar que se quemara la madera.
El herrero hacía el resto del herraje del carro con esmero y arte, sobre todo los INDIESTOS fijados sobre los CABEZALES en el exterior de los cuatro extremos de la caja. Así fortalecían la caja por el exterior mientras las ESCUADRAS la reforzaban por el interior.
La fuente de calor de la fragua era el carbón de brezo, que ardía mediante una corriente de aire procedente de un FUELLE de grandes dimensiones, accionado tirando de una cadena para facilitar la aspiración del aire y su expulsión. El herrero para avivar el fuego se valía de una barra de hierro puntiaguda llamada ESPETON.
Esta es la pequeña historia de una rueda de carro y de dos hombres, CARRETERO y HERRERO, unidos por el amor a su profesión y el trabajo bien hecho.
                                                             ( Isidro Marcos Martín. Libro de Fiestas  Año 2.012 )