domingo, 5 de junio de 2016

LA FRAGUA

En el verano de 2.011  pedí a Isidro Marcos Martín, yerno y cuñado de herreros, que escribiera un artículo sobre la fragua del tío Manolo. El me indicó que sería más conveniente que el artículo lo escribiera su cuñado Luís, que se crió en la fragua y aprendió el oficio de su padre. Conseguí convencerlo y el blog PATALOSO publica hoy ese artículo, copiado del Libro de Fiestas del año 2.012.

Los adelantos tecnológicos han conseguido la desaparición de industrias artesanas que en otra época ofrecieron un relevante servicio a la sociedad.
Una de las industrias artesanas desaparecidas  en el medio rural es la FRAGUA. En cada pueblo existía una fragua y dependiendo del número demográfico de sus habitantes, podía haber dos, tres o más fraguas.
En Cereceda existían dos fraguas  regentadas por Alfonso Marcos Palacios y Manuel Aparicio Marcos, de feliz recuerdo, las cuales se cerraron a la jubilación de ambos.
La función de la fragua era muy importante y el HERRERO, la persona que la regentaba, tenia como trabajo principal hacer y reparar los APEROS agrícolas como los arados romanos, aguzar y poner la punta de las rejas, hacer azadas y azadones junto con su mantenimiento.
El herrero se encargaba también de herrar los animales empleados en las tareas agrícolas : bueyes, vacas, caballos, mulas o asnos, para evitar el desgaste de las uñas ( PEZUÑAS ).
Las herraduras las hacía adaptadas a las uñas de cada animal, dándole la forma adecuada y haciendo unos agujeros con un molde en el que encajaba la cabeza de los clavos para que no sobresalieran del grueso de la herradura.
Para herrar bueyes y vacas se las introducía en el POTRO, un armazón de madera con formas adecuadas para uncir y amarrar los animales.
El herrero trabajaba además verjas para las ventanas y herrajes para las puertas y ventanas de madera, que era el material que antes se empleaba.

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